Los miles de conductores que atraviesan a diario el puente de A Pasaxe o viajan desde O Burgo están acostumbrados a pisar el freno cuando circulan hacia A Coruña por Alfonso Molina, a la altura de Palavea. Aquellos que no lo hacen suelen arrepentirse de ello: el radar que allí se encuentra es uno de los más activos de Galicia, y el que más sanciones por exceso de velocidad tramita en la provincia: 42 al día. Esto supone un incremento del 13% con respecto a 2021, cuando ese mismo escáner ‘cazaba’ a 37 infractores a diario.
Este dato, que se remonta al año pasado ha sido proporcionado por la Dirección General de Tráfico (DGT) a Automovilistas Europeos Asociados, entidad que vela por los derechos de los conductores y que anualmente elabora una lista de los radares más “multones” de España. El de Palavea tiene el honor de figurar en el puesto número 38 de la lista, por detrás de uno de Lugo y dos en Pontevedra, uno de los cuales, el del kilómetro 9,19 de la A-55, es mucho más activo, puesto que sanciona a 116 vehículos al día (42.366 en un año), según las últimas estadísticas facilitadas por la DGT: de nuevo la A-55, a la altura del kilómetro 1,7 (17.751) y en Lugo, la A-8 en el punto kilométrico 545,1 (16.352).
En todo caso, el de Palavea está escalando puestos. En 2021 había tramitado 13.755 sanciones, y el año pasado, 15.644. Este aumento le ha permitido ascender a cuarta posición en este ránking. De hecho, es una de las cifras más altas hasta la fecha: se registraron 13.955 infracciones por exceso de velocidad en 2015. En 2019, cuando fueron solo 7.513 infracciones, lo que hace pensar que estuvo temporalmente desactivado.
En cuanto a por qué ha crecido un 13% el número de sanciones, la respuesta puede encontrarse en un incremento paralelo de la circulación,. Hay que recordar que, durante el año pasado, se restableció la normalidad que había paralizado la pandemia.
El radar de Palavea se instaló en su actual emplazamiento en noviembre de 2012 después de que se registraran una serie de siniestros, algunos de ellos espectaculares, con salida de vía y vuelco incluido, provocados por exceso de velocidad.
Los informes redactados por la Unidad de Atestados de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil determinaron que algunos de los vehículos implicados viajaban a 130 kilómetros por hora en una zona de 80, lo que provocaba la salida de vía aunque el firme se encontraba en buen estado y la curva que allí existe no es pronunciada. Aunque ninguno de estos sucesos dejó que lamentar heridos de carácter grave, la DGT tomó nota y decidió instalar el radar.
Para el presidente de AEA, Mario Arnaldo, “la DGT debería replantearse su política de radares, ya que no se está consiguiendo el objetivo de evitar los excesos de velocidad, ni los accidentes, convirtiendo los radares en meros instrumentos de recaudación”. Pero, en el caso de Palavea, no se han registrado más vuelcos. l