Pocas expresiones coloquiales como “lo nunca visto”, o más bien sentido, para definir una jornada que en A Coruña rozó máximos absolutos en lo que a temperatura y sensación térmica se refiere. No solamente se vivió el día más caluroso de todo 2023, sino que en la serie histórica los 33,7 grados marcan uno de los registros más alto del que se tiene constancia, cercanos a los 34,1 de agosto de 2017 (datos de Meteogalicia), los 36 de septiembre de 2020 y los 39,6 que también Aemet registró el 28 de agosto de 1961. 

Fue la estación que la Agencia Estatal de Meteorología tiene en Bens la que vio subir el mercurio hasta los 33,7 grados, aunque no le fueron a la zaga los 31,9 de la zona de la ronda de Nelle o los 28,06 en el entorno de la Torre de Hércules, en este caso según Meteogalicia.

Por su parte, la estación de Aemet en el aeropuerto de Alvedro alcanzó un pico de 35,1 grados, también récord anual. Curiosamente, en todos los casos la hora más crítica para los más sensibles a las altas temperaturas fueron las cuatro de la tarde. Luego llegó la tregua.

La segunda jornada consecutiva de la ola de calor, la primera que golpea a la ciudad de forma tan contundente este año, llevó al Ayuntamiento a lanzar una advertencia pública y llamar a la previsión de la ciudadanía. La activación de la alerta amarilla incluyó consejos como la reducción de la actividad física o la hidratación constante y el uso de gorra y gafas de sol. 

Y es que A Coruña no solamente se sofocó con la salida de ‘Lorenzo’, sino que al abrigo de ‘Catalina’ sufrió para conciliar el sueño. La anunciada noche tropical (del martes al miércoles) llegó con redoble de tambores en forma de tormenta veraniega, con ligera descarga eléctrica y una temperatura que no dio un respiro por debajo de los 22,5 grados.

A partir de hoy comienza un descenso pronunciado de las temperaturas hacia un fin de semana con lluvia constante.