La inauguración del paso de cebra del cruce de Durán Loriga con Santa Catalina ha suscitado cierta polémica entre los coruñeses, muchos de los cuales sostienen que esta colorida señal no cumple con la normativa de seguridad vial, y que, por tanto, no se trata de un paso de cebra. Sin embargo, desde la Dirección General de Tráfico (DGT) sostienen que es perfectamente legal y que, en realidad, en lo que consiste un paso de cebra es en una serie de bandas blancas paralelas. Que se alterne con uno u otro color, es indiferente.
 

Desde la DGT reconocen que esta es una pregunta que se les formula a menudo, porque de unos años a esta parte, se ha convertido en una práctica habituar decorar los pasos de cebra, puesto que son las señales más grandes y llamativas de las ciudades. En A Coruña existen algunos ejemplos de ellos, llevados a cabo por el Ayuntamiento: el más reciente, la decoración de algunos pasos de cebra con frases y citas de la escritora decimonónica Emilia Pardo Bazán con motivo del centenario de su muerte. Fueron más de veinte pasos de cebra en febrero del año pasado, y ninguno de ellos levantó al expectación del de Santa Catalina. Si fue mucho más llamativo el “paso de vaca” que se instaló en la rúa Nova, justo a la entrada de la calle Real, en 2018. Pero, como ya se trataba de una zona de preferencia peatonal, tampoco hubo discusiones. 
 

La DGT señala que la alcaldesa, Inés Rey, tiene competencias sobre el tráfico dentro del término municipal, de manera que entra dentro de sus competencias pintar la señal que quiera. “Aunque, si no fuera la correcta, un infractor podría alegar o denunciarla una víctima”, añaden. 
 

El primero en un cruce 
Otro punto que preocupaba era si el gran paso de cebra, que es el único de la ciudad situado en un cruce, provocaría resbalones por la lluvia. Pero el concejal de Movilidad, Francisco Díaz Gallego, comentó a través de las redes sociales que “cumple normativa y es antideslizante, contra la cerrazón mental no hay pintura”.
 

Esa mención a la cerrazón mental” se referiría a que los colores son, según el Ayuntamiento, una muestra de apoyo al colectivo Lgtbi o, como lo describió la concejala de Bienestar Social, Yoya Neira: “con esta pequena acción damos paso á igualdade, pero tamén dicimos ‘stop’ a todas as formas de odio contra o colectivo.
 

Curiosamente, Stop Accidentes, la asociación invitada al acto de inauguración, negó que los colores tuvieran que ver con este colectivo. Según Ángela Jiménez, “la gente cree que tiene que ver con el Orgullo Gay, pero son los colores que se están utilizando a nivel mundial para el desarrollo sostenible”.