A pesar de que, debido a las restricciones derivadas de la pandemia de covid-19, en 2021 se redujo la movilidad, las emisiones contaminantes derivadas del tráfico no han seguido el mismo camino y continúan siendo superiores a lo que recomienda la OMS.
Así se desprende del último informe de calidad del aire que realiza Ecologistas en Acción (“La calidad del aire en el Estado español durante 2021”), publicado ayer y donde se observa que la mayoría de estaciones de la ciudad superan las recomendaciones de la OMS en alguno de los contaminantes derivados del tráfico o la industria, principalmente.
De este modo, en cinco de las ocho estaciones, además de en la media de la ciudad, se superaron los valores recomendados de partículas menores de diez micras (PM10); mientras que en seis se superaron las menores de 2,5 micras (PM2,5); y en cuatro se superaron las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), muy vinculadas al tráfico.
Desde Ecologistas en Acción apuntan que, al nivel general de Galicia, y en concreto de A Coruña, a pesar de la reducción de la movilidad y de las actividades económicas, estos tres tipos de partículas “continuaron afectando durante 2021”.
En el caso de las emisiones de NO2, el informe resalta que tanto A Coruña como Vigo aglutinan los peores datos de la comunidad, aunque resaltan que no se han superado los límites legales, solo las recomendaciones.
En cuanto a la concentración de dióxido de azufre (SO2), el informe destaca que se superaron varias ocasiones los límites recomendados en la estación de Pastoriza, aunque en valores mucho más bajos que antes de la pandemia.
A nivel general gallego, la calidad del aire, según el estudio, registró otra leve mejoría, debido principalmente a la menor actividad durante 2021.
No obstante, desde la entidad alertan de un “preocupante” nivel de benzopireno en varias estaciones de medición de la comunidad gallega, entre ellas la coruñesa de A Grela.
Desde Ecologistas en Acción aseguran que en este área, junto a la de Leste, en Sarria, y Teixeiro, superan los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Por este motivo, la organización hace un llamamiento a que se produzca una ampliación de las mediciones de este contaminante, al tiempo que piden medidas específicas, con el fin de reducir sus emisiones.
También destacan el descenso de este contaminate, ya que se alcanzaron los 0,32 nanogramos por metro cúbico, frente a los 0,94 de 2019; por debajo de los límites normativos (1) y por encima de lo recomendado (0,12).