El Instituto Eusebio da Guarda, uno de centros de enseñanza más emblemáticos e históricos de la ciudad, sufrió ayer un acto vandálico por segundo día consecutivo, cuando una mano anónima arrojó un adoquín a las ventanas de su piso inferior y trató de forzar la entrada por una de ellas, aunque no consiguió penetrar en el interior de las oficinas. La dirección del centro alertó a las autoridades, pero ignoran a qué puede deberse este ataque.
La responsable, Isabel Ruso, explicó que hace un mes ya habían sufrido un ataque parecido, que obligó a sustituir un par de cristales. En la noche del miércoles al jueves volvió a suceder. “Cogió uno de esos adoquines y los lanzó contra las cuatro ventanas principales de un edificio que es BIC (Bien de Interés Cultural), lo que tiene su gravedad”, recalcó la directora que prefiere creer que todo se debió a “un acto de inconsciencia”.
Sin embargo, fue una acción reiterada, lo que apunta más bien a algo deliberado, como la docente admite. En la noche del jueves al viernes, cuando todavía no había dado tiempo a que el cristalero sustituyera los vidrios rotos, alguien intentó forzar una de las ventanas, la que da a las oficinas. “Como es un edificio tan fuerte, y como tiene unas contraventanas de madera muy resistentes, no lo consiguió, pero rompió el enganche”, explicó.
Aunque Ruso admite que los destrozos a la propiedad pública son siempre tristes, considera que en el caso del Eusebio da Guarda, lo es más “al tratarse de un BIC, un instituto de 1890, hecho con todo lo posible de la época: electricidad, agua corriente e incluso mármol de Carrara. Don Eusebio da Guarda y doña Modesta Goicouría (un matrimonio conocido por sus acciones filantrópicas) hicieron un gran esfuerzo para que la ciudad tuviera su instituto”.
Para la directora, “que alguien venga de la calle y rompa las ventanas con un adoquín es una pena”. No sabe quién puede haberlo hecho, pero descarta que haya podido ser un alumno gamberro. “El aprobado ha sido por encima del 90% y el alumnado es muy afín al centro. Deseo de corazón que no, porque lo sentiría”, confiesa. Por otro lado, tampoco considera muy probable que sea un intento de robo. “Quizá sea un poco de todo, es complicado, pero quizá haya algo más. Ojalá lo supiéramos”, remató.