Andrea Gestal / Noela Rey Méndez
Son Susana y Fina, pero en realidad representan a muchos más coruñeses que padecen el mal de Parkinson, una enfermedad degenerativa que este 11 de abril celebra su Día Mundial con el objetivo de la visibilización y la concienciación.
"Es importante visibilizar la enfermedad para que la sociedad se dé cuenta de que somos muchos los que la padecemos", señala Fina desde la plaza de María Pita de A Coruña, justo después de que se dé lectura al manifiesto de la ciudad por el Día Mundial del Parkinson. #DameMiTiempo es el lema de este año, una frase "fundamental" para Susana, porque para las personas que sufren la dolencia es fundamental que la sociedad respete los tiempos que los pacientes necesitan.
Ella se dio cuenta de que algo pasaba, pero tardó unos meses antes de ir a la primera consulta porque "no tenía prisa en recibir el diagnóstico". Eso fue en el año 2017 y el párkinson la obligó a dejar de trabajar aunque tuvo "suerte", porque le dieron la incapacidad absoluta, algo que no es lo habitual, y que es otra de las reivindicaciones del colectivo.
A Fina la diagnosticaron mucho antes, tenía 48 años, y ahora tiene 75. "La enfermedad la tenemos la mayoría sin darnos cuenta, sabemos que no nos mata, pero cada vez tenemos más dificultades", reconoce, para llamar la atención de nuevo sobre el tiempo que precisan los pacientes a la hora de relacionarse socialmente: "Cuando estoy nerviosa se desata un poco".
En la labor de concienciación toman mucha importancia las asociaciones como Párkinson Galicia-Coruña, algo que reconocen las propias usuarias, que animan a las personas que sufren párkinson a que se acerquen a ellas: "Me parece muy importante que se acerquen a las asociaciones de referencia, porque la labor que hacen es estupenda. Para mí es una segunda familia", certifica Susana.