El miércoles de este mes se celebró una Junta de Gobierno local en el que se aprobaron 17 asuntos. Uno de ellos no figuraba en el orden del día, pero fue presentado por vía de urgencia: la aprobación del proyecto de sellado del vertedero de la planta de reciclaje de Nostián. No deja de ser curioso que se llevara a Junta por vía de urgencia, puesto que el proyecto se presentó en 2011. Ahora tienen diez días para responder, y presentar alegaciones sobre el proyecto.
La razón la expresó la propia concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, en el último pleno, hace un par de semanas. Allí reconoció el problema que existe en el vaso de rechazos (el vertedero), que debía sellarse cuanto antes. En respuesta a una pregunta de la oposición, Fontán admitió que la Xunta le había enviado de oficio un aviso recordándole que es un paso necesario para no perder su autorización ambiental integrada, que le permite operar. “E mesmo para a concesión da próxima autorización ambiental integrada”.
Nostián ha sido probablemente el asunto más espinoso que ha tenido que manejar la Concejalía de Medio Ambiente. La planta de reciclaje, que fue pionera en su día, lleva dos años siendo gestionada de forma irregular por la empresa Albada, después de que en 2020 finalizase la concesión sin que estuviera listo el siguiente contrato, el más cuantioso económicamente de los que concede el Ayuntamiento. Otros dos, como el de recogida de basuras o de limpieza, ya estaban en situación irregular cuando Inés Rey llegó al poder pero ya entraron en vigor nuevos contratos.
Pero en el caso de Nostián, la cosa se complica: se supone que la Marea Atlántica había redactado los pliegos para el nuevo contrato de la planta de reciclaje pero no recibieron la aprobación del nuevo Gobierno, que decidió empezar de cero. La alcaldesa, Inés Rey, ha empeñado su palabra de que el nuevo contrato estará licitado (aunque no concedido) antes de que acabe el mandato. Es decir, en mayo. La última vez fue en el miércoles, recién salida de la Junta de Gobierno: “Eu anunciei o meu compromiso de licitar Nostián este mandato e así será”.
Hay que tener en cuenta que los vasos dos y tres del vertedero se llenaron mucho más rápidamente de lo previsto, debido a un problema con los biodigestores de la planta. En 2007, rebosaban y en 2011, Albada presentó un proyecto técnico de sellado de vertedero tras un requerimiento de la Xunta. En 2019 se dictó una sentencia en la que se requería al Ayuntamiento la aprobación del proyecto de sellado del vertedero. Mientras tanto, Albada fue sancionada en dos ocasiones por no el sellar los vasos con 80.000 euros.
Durante el gobierno de la Marea, esta ya se había requerido a Albada que cerrara el vertedero, pero esta se había negado, alegando que el proyecto no estaba sellado para su aprobación y que, dado que las instalaciones son de propiedad municipal, no podía hacerlo por su cuenta. Finalmente, en 2020, ya gobernando el PSOE, se dicta una ejecución de sentencia en la que el tribunal le exigía al Ayuntamiento que aprobara el proyecto de sellado para que Albada cumpliera con su obligación de sellarla.
Ahora ese paso se ha dado. En realidad, no se trata de una gran obra, que requiera de un gran movimiento de maquinaria, solo se debe aplanar y colmatar la superficie, cubrir los vasos con material bioestabilizado, semejante al compost, y dejar zonas para escape el metano generado por la putrefacción de la basura. Hace unos años, se calculaba el precio de los trabajos en 3,5 millones de euros.