La victoria del Dépor ante el Alavés, que le convertía en líder de Primera, y la Batalla de Flores eran las noticias más destacadas de El Ideal Gallego del 23 de agosto de 1999. Hace 50 años, también era el equipo blanquiazul el protagonista, debido a su presentación con Ballesta, Zurdo, Canario y Castillo como principales atracciones. También informaba el diario en esa fecha de la intención del Real Club Náutico de crear un dique para defender el puerto deportivo. En 1949, era noticia la presentación a los medios de comunicación del uruguayo Dagoberto Moll, que firmaba con el Dépor para cinco años. En 1924, la atención estaba en la visita de Antonio Palacios a Ciudad Jardín y fiestas como el Festival de la Granja Agrícola o la excursión a Sada.
El Deportivo empezó la temporada 1999-2000 logrando en el estadio de Riazor una goleada ante el Alavés (4-1), que lo convirtió en el primer líder de la máxima categoría del fútbol español. Makaay, con tres tantos, fue el artífice material del triunfo de los blanquiazules, que se encontraron con un gol en contra a los doce minutos.
La Batalla de Flores por el Paseo Marítimo era otro de los temas de portada en el periódico del 23 de agosto de 1999. Alrededor de cien mil personas, según la organización, se concentraron en el lugar para contemplar el desfile, en el que participaron dieciséis carrozas engalanadas por las distintas asociaciones de la ciudad, acompañadas por tres mil músicos y figurantes.
Otra noticia era la extraña cadena de incendios que calcinó de madrugada tres vehículos estacionados en la zona comercial de Cuatro Caminos, después de que se quemasen en la noche anterior otros dos automóviles en la calle Donantes de Sangre. Los bomberos descartaban que las llamas se propagasen de unos a otros ya que estaban estacionados a bastante distancia.
El Deportivo de La Coruña se presenta hoy ante sus seguidores en el estadio de Riazor, en el partido que disputará ante el Racing de Ferrol, correspondiente al Trofeo Conde de Fenosa. José Antonio Irulegui, cauto y poco hablador, ha trabajado de firme desde el comienzo de los entrenamientos. Con fuerza, tesón y confrontaciones lejos de la capital coruñesa, ha ido perfilando el equipo que hoy quiere ofrecer y presentar: Seoane (portero), Richard, Ballesta, Zurdo, Luis, Canario, Piño, Castillo, Castro, Muñoz y Juan Carlos.
Informaba también el diario del proyecto del Náutico para construir un dique que defienda al puerto deportivo. Asistieron el comandante de Marina, señor Bastarreche; el alcalde, señor Hervada, y el presidente del Real Club Náutico, señor Salorio Suárez, entre otros. Los reunidos fueron informados del proyecto para construir un dique o escollera que, partiendo del Castillo de San Antón, se adentre en el mar en dirección perpendicular al Dique de Abrigo. El dique que se proyecta constituiría el cierre del puerto deportivo, en el que tendrían cabida un sinnúmero de embarcaciones.
Ayer, en el expreso, llegó de Madrid el interior uruguayo Dagoberto Moll Sequeira, a quien esperaban el señor Chaver y Scopelli. Unos minutos de espera, los suficientes para que Moll suscribiese la cartulina y el contrato que le convertían desde aquel mismo instante en jugador del Deportivo y en seguida nos encontramos frente a frente con el uruguayo, un rapaz ancho y fuerte, de 1,66 metros de estatura, simpático, pero prudente en sus manifestaciones.
“Me he ligado al Deportivo por cinco temporadas y tengo extraordinarios deseos de poder aclimatarme pronto y rendir lo máximo”, decía Moll, quien se declaraba soltero y sin compromiso. “Si se queda en La Coruña cinco años –apuntaba el periodista– ya le diré yo lo que es bueno: va a regresar usted al Uruguay acompañadito, y bien”.
Invitado por la sociedad coruñesa de urbanización, hoy, a las cinco de la tarde, visitará el ilustre arquitecto las obras de la Ciudad Jardín. El martes próximo, en el “Atlantic Hotel”, será obsequiado don Antonio Palacios con una cena íntima que le ofrecen el Ayuntamiento, otras entidades y varios amigos y admiradores del eminente huésped.
En las fiestas, continuaba el tiro de pichón y se anunciaba el Festival de la Granja Agrícola, una simpática fiestas con columpios, tómbolas, churrerías, tío-vivos y las actuaciones del orfeón “El Eco” y el coro “Toxos e Froles”. El público podía coger las entradas en la taquilla del Obelisco pero la entrada tenía que hacerse por el puente de Monelos. También se desplazaban a otras fiestas: para la excursión a Sada, la Compañía de Tranvías ponía un servicio extraordinario, con billetes de ida y vuelta a dos pesetas.