La imposición de la Medalla de Oro de la Universidad de A Coruña a Fernando González Laxe, que en su etapa de presidente de la Xunta fue el encargado de crear las universidades de A Coruña y Vigo, era el tema de portada en El Ideal Gallego tal día como hoy hace 25 años. En 1950, la noticia principal era el fallecimiento de un marinero tras caer al mar en la zona de San Diego el taxi en el que viajaba; el conductor logró salir ileso. En 1950, gran parte del diario se dedicaba a la llegada y la agenda del cardenal Quiroga Palacios, de visita en A Coruña. En 1925, el protagonista era el nuevo alcalde, Manuel Casás, que, tras tomar posesión de su cargo, se mostraba decidido a establecer un sistema de limpieza pública que resultase efectivo para asear las calles.
El expresidente de la Xunta Fernando González Laxe solicitó a las administraciones que no regateen dinero para los centros universitarios, durante el discurso que pronunció tras recibir la Medalla de Oro de la Universidad de manos del rector, José Luis Meilán Gil.
En el acto académico, celebrado en la Facultad de Económicas, Laxe aseguró que “la rentabilidad de la inversión en capital humano es superior a la que se obtiene con las infraestructuras físicas” y recordó que “Galicia no se encuentra situada entre la vanguardia de las regiones europeas” en gastos públicos de I+D, patentes e investigación.
Durante su intervención, Laxe aseguró que era “consciente de la apuesta” que realizaba al crear las universidades de A Coruña y Vigo. El profesor expresó su deseo de compartir la distinción con quienes colaboraron en el nacimiento de estas dos instituciones: sus compañeros de los barracones del Colegio Universitario, los impulsos de instituciones como la Fundación Barrié, Caixa Galicia o el Ayuntamiento, con su gobierno de la Xunta, el Parlamento y todos aquellos que le comentan por la calle desde entonces que “ahora sí, mis hijos ya pueden estudiar una carrera”.
Un marinero del pesquero coruñés ‘Ribera del Órbigo’ pereció ahogado al caer al mar el taxi que ocupaba, cuando se dirigía por el muelle de San Diego con la intención de embarcar en dicha baca, que se disponía a hacerse a la mar. El conductor del taxi pudo salvarse pero el infortunado marinero no pudo salir del vehículo y quedó atrapado en su interior, a varios metros de profundidad.
El taxista, quizás desorientado y, dada la oscuridad del momento y el desconocimiento del punto exacto del lugar donde se encontraba el pesquero, llegó al final de la línea de atraque y frenó para retroceder e iniciar otro camino.
A causa de lo resbaladizo de la calzada, el coche patinó y cayó al mar. Inmediatamente acudieron fuerzas del Resguardo y un empleado de la Refinería, provisto con el equipo de hombre-rana, y se aprestaron a iniciar el salvamento. El taxista pudo salvarse por sí mismo, salvo algunos rasguños. Trasladado a un centro sanitario le apreciaron enfriamiento por inmersión. El ocupante del vehículo no pudo salir del interior del coche, donde quedó atrapado. Cuando fue recogido por el hombre-rana y depositado en tierra, a pesar de hacérsele la respiración artificial, ya era cadáver.
El Excelentísimo y Reverendísimo señor Arzobispo doctor Fernando Quiroga Palacios, acompañado del secretario canciller del Arzobispado, Monseñor Miguel Nóvoa Fuentes, y de su mayordomo, el sacerdote con Camilo Gil Atrio, llegó a nuestra capital procedente de Santiago minutos después de las siete de la tarde. El viaje tiene por objeto ponerse en contacto con el pueblo coruñés, las autoridades y las distintas asociaciones religiosas. En el local del Consejo de los Jóvenes de Acción Católica mantuvo un amplio cambio de impresiones con los directivos. También se puso en contacto en dicho edificio con los jóvenes obreros. En la agenda prevista celebrará la Santa Misa en la capilla del convento de las Capuchinas y recibirá en su residencia a los señores curas párrocos, para visitar luego las dependencias de la prisión provincial.
El nuevo alcalde, Manuel Casás, se preocupa de organizar, de acuerdo con el presidente y Comisión de Policía, el servicio de limpieza pública. Entretanto no se adquiera el material necesario se establecerán puestos fijos con el personal adecuado para cuidar del aseo de las calles. El alcalde ruega al vecindario coopere a esta gestión no arrojando papeles ni desperdicios a la vía pública. Los polveros serán recogidos inmediatamente después de ser vaciados los carros de la limpieza. Se impondrá el correspondiente correctivo a los infractores.
Informaba también el diario del fallecimiento de un coruñés ilustre, el señor don Joaquín Lombardero y Franco, muy conocido en esta ciudad, donde gozaba de grandes simpatías, al igual que sus hermanos Antonio y Francisco. Su cadáver fue conducido al cementerio el día 16 de marzo.