El periódico del 18 de febrero de 1999 destacaba la opinión de Touriño de que la vía nacionalista supondría un suicidio para Galicia, la apertura del Año Santo, presidida por Manuel Fraga y la Duquesa de Lugo, y la ventaja del Depor en la Copa del Rey tras empatar en Mallorca.
No todo van a ser cerrojazos. Los cinéfilos coruñeses pueden entonar todavía el "cumpleaños feliz" de un puñado de salas que han sobrevivido a una historia ya centenaria. Estos días se celebra el quincuagésimo aniversario de uno de los locales más veteranos y emblemáticos de la ciudad: El Equitativa. Pero la crónica arranca más allá de la década de los cincuenta, el 2 de septiembre de 1896 en el Teatro Circo Coruñés, instalado en la avenida de la Marina. Como expone José Luis Castro de Paz en el primer volumen de "La Coruña y el cine" (editorial Vía Láctea), en esta fecha A Coruña se convierte en la segunda ciudad española en exhibir el milagro del cinematógrafo. Tras diversos avatares, teatros y barracas, en julio de 1908 abre la sala más antigua de Galicia: El París. El Equitativa se inauguró en 1949 y formó hasta 1982 parte de la plantilla de cines que gestionaba la familia Rey: Avenida, Coruña, Alfonso Molina, Goya y teatro Colón. En 1992 fue adquirido por Cines Galicia, que había desembarcado en la ciudad con la apertura de los multicines Chaplin, en la ronda de Outeiro. Lo transforma en un multicine de cuatro salas y en 1996 suma otras dos, con lo que se obtiene la configuración actual: seis pantallas y 411 butacas.
La capilla ardiente se instaló a media tarde en el palco de la música de los jardines de Méndez Núñez, donde, sobre las siete, se reunieron los coruñeses que quisieron dar su último adiós a la Sardina y, de paso, despedirse del Carnaval. Un grupo de viudas y muchos curiosos siguieron al dios Momom y a la Sardina hasta la playa de Riazor.
Hace 50 años |
Primer baile de disfraces del Casino. En el primer baile de disfraces organizado por el Casino se dieron cita numerosos socios, muchos de los cuales presentaban originales y vistosos trajes. En damas, obtuvieron premio las señoritas Maria José Pombo, con disfraz de novia rusa; Isabel Baliñas, vestida de "niña tonta" y Rosi Culleiro Manovel, disfrazada de maja. El premio de caballeros recayó en don Eduardo Guimaraens Caruncho, cuyo disfraz llamó poderosamente la atención, arzobispo Makarios. |