Tal día como hoy hace 25 años El Ideal Gallego destacaba en portada el emotivo homenaje de despedida a José Ramón Vázquez Sandes tras cesar, por jubilación, como presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Once candidatos, todos gallegos, se postulaban entonces para sucederle. Hace 50 años era el día después de la multitudinaria despedida al matrimonio Barral, entre las víctimas del atentado de ETA de la calle del Correo, en Madrid. En 1949, 75 años atrás, un padre y su hijo sufrían heridas tras chocar contra un árbol la motocicleta en la que circulaban en As Xubias. La edición de El Ideal Gallego de 1924, hace justo un siglo, se hacía eco de la inauguración de la Asamblea anual de la Federación Católico Agraria de La Coruña.
El próximo 6 de octubre de 1999 el pleno del Consejo General del Poder Judicial dará a conocer el nombre del nuevo presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) tras el cese por jubilación de José Ramón Vázquez Sandes. Antes de la designación, el Consejo General del Poder Judicial, órgano competente en este caso, estudiará un total de once candidaturas. Los aspirantes al cargo son todos gallegos, según indicó ayer Benigno Varela Autrán, portavoz del Consejo General del Poder Judicial, y tan solo dos de ellos no ocupan actualmente una plaza en la comunidad gallega. La fecha sobre la designación del sucesor de José Ramón Vázquez Sandes se dio a conocer tras el acto de homenaje que los colegios de Abogados y Procuradores de A Coruña rindieron ayer al que ha sido presidente del TSXG los últimos nueve años.
En la actualidad política del 18 de septiembre de 1999, José Manuel Romay formalizó su renuncia como presidente del Partido Popular de A Coruña, cargo que desempeñó durante los últimos catorce años. El comité regional del PPdeG, que se reúne en Santiago, encargará a Antonio Couceiro la dirección de la gestora provincial.
Una impresionante y conmovedora manifestación de duelo ha constituido el acto del sepelio del matrimonio Barral, que tuvo lugar en la mañana de ayer, 17 de septiembre de 1974, en el cementerio de La Coruña, en el que cerca de 5.000 personas, con mal contenida emoción, acompañaron a Josefina y Baldomero hasta su última morada. Asimismo, y pese a lo temprano de la hora -diez y media de la mañana- fueron muchísimos los coruñeses que se agolparon a lo largo del trayecto que media entre la Ciudad Sanitaria de La Coruña y el cementerio general de San Amaro, para dar su último adiós respetuoso al joven matrimonio coruñés, víctima mortal –con otras nueve personas– del incalificable atentado de la calle del Correo, de Madrid.
Por otra parte, comenzaron a llegar a esta capital los aprendices de toda España que, durante los días comprendidos entre el 20 y el 28 de este mes, competirán en el XXVIII Curso Nacional de Formación Profesional, que este año se celebra en La Coruña, coincidiendo con el Seminario Iberodidacta-74, dedicado a la formación profesional. Como nota característica, destaca la representación japonesa, con 23 aprendices.
En las últimas horas de la tarde de ayer, 17 de septiembre de 1949, el maestro nacional don Juan B. Martínez Lemiña, de 41 años de edad, natural de Santa Eugenia de Riveira, y que habita en Piñeiro (Oleiros), se dirigía a su domicilio, acompañado de su hijo Juan Martínez Ageitos, montados ambos en una motocicleta. Al llegar a una curva existente frente al edificio del Seguro de Enfermedad, en Las Jubias, vieron venir un automóvil en dirección contraria y para evitar el choque con él se desvió la moto hacia la derecha, yendo a chocar violentamente contra un árbol.
Padre e hijo ingresaron en la Casa de Socorro de Santa Lucía, en donde le apreciaron al primero contusiones en ambos codos y antebrazos, y fuerte contusión en la pierna derecha con fractura de la rótula. El hijo sufrió una fuerte contusión con probable fractura de la mano izquierda.
Ayer, 17 de septiembre de 1924, comenzó la Asamblea anual de la Federación Católico Agraria de La Coruña. Fue un día de gloria y de triunfo, como hoy lo será de oración y trabajo. El desfile de los labradores católicos escoltando las banderas sindicales prestó un rafagazo de espiritualidad al ambiente ciudadano, un ejemplo de consciencia, y fue un motivo para sentir el optimismo y afirmar nuestra fe en el engrandecimiento y elevación de la Región gallega, palpitante y viva en la representación campesina que desde ayer está entre nosotros.
En todos los actos de esta Asamblea se refleja la importancia de la Federación Católico Agraria y la fuerza de los Sindicatos, que extendidos por todo el agro de nuestra Patria serán la mejor garantía de paz social y de progreso. Las galas de la elocuencia y del saber lucieron en los discursos.