El periódico del 12 de septiembre de 1998 llevaba a portada los nuevos quioscos wc, la búsqueda del PP de un nuevo candidato a la Alcaldía y la previa del partido del Depor ante el Valencia.
Fue el mejor regalo de cumpleaños para José María Losada López, quien cumple 21 años estrenando su primer trabajo. El joven, que tiene un 68% de incapacidad, es uno de los 15 minusválidos que regirán los cinco quioscos-water que comenzaron ayer a funcionar a lo largo del Paseo Marítimo. Haciendo caso omiso a la lluvia que caía inmisericorde sobre políticos, representantes institucionales y periodistas, además de sobre su cabeza, José María Losada le entregó orgulloso las tijeras al alcalde, Francisco Vázquez, para que cortara la cinta inaugural de su establecimiento, situado en el aparcamiento de la Torre de Hércules.
"Me gustaría vivir en el mar, con la cabeza recostada en el fondo, junto al Jardín de los Pulpos". La canción, firmada por The Beatles, sirvió de inspiración a Ramón Núñez y su equipo a la hora de diseñar una de las salas más singulares de la futura Casa de los Peces: el llamado "Octopus Garden" (Jardín de los Pulpos). Esta piscina, denominada más prosaicamente Cetárea E, contará con una capacidad para medio millón de litros. En ella se instalarán "varios centenares" de ejemplares, según apunta núñez. "Lo más curioso con estos animales es que si tienen que convivir dos o tres surgen los conflictos territoriales pero si tenemos más de cincuenta ya no hay ningún tipo de problema", añade.
El centrocampista brasileño Mauro Silva recibió un reloj de la firma Bassel, que cada año entrega la empresa Montres SA como premio a la regularidad. En la imagen aparece recibiendo el obsequio por parte de Juan González Dans, gerente de dicha empresa.
Julio se acaba y Alfonso Vaquero y Aurelio Freire empiezan su ascensión al Chon-Ton, en el Himalaya. Dos días en todoterreno y uno a pie son acceso fácil al campamento base, donde escuchan música en un radiocasete y comen arroz y mucha pasta. Se trata del último contacto con la civilización, pues enseguida se embarcarán en una aventura de 27 jornadas. Ahora lo recuerdan con cariño pero Alfonso (gallego, de 40 años) y Aurelio (26 años y sangre ecuatoriana) pasaron de todo en aquellos 7.134 metros hacia el cielo.