El resultado de veinte años de apuesta por el cultivo en Galicia del lúpulo dio ayer sus frutos. El presidente ejecutivo de la Corporación Hijos de Rivera, Ignacio Rivera, anunció el lanzamiento de su nueva marca: Lupia. Es la primera en tres décadas y la tercera de su historia, por lo que se suma a la familia de Estrella Galicia y Cervezas 1906, esta última lanzada en 1993.

Bajo el lema ‘Todo por el lúpulo’, Lupia está destinada principalmente al público más joven, “que son los que tienen más curiosidad”, la cerveza estará disponible en formato lata –que se distribuirá para la alimentación– y botella, para la hostelería. “Este lanzamiento llega para dar un puñetazo en la mesa y decir lo que somos. Transmitir que amamos la cerveza, algo que es indudable; que somos artesanos, aunque tenemos ya un tamaño, pero aún somos una hormiguita en este mundo”, señaló Rivera.  

Lupia será limitada, y es que depende de la producción de lúpulo. La cosecha actual, la de 2023, permitirá elaborar un millón de litros de cerveza, lo que representa menos del 1% de las ventas de la compañía. “Es una cerveza de cosecha e iremos al ritmo de la cosecha”, explicó el presidente de Hijos de Rivera, quien añadió que “no es proyecto de inversión de pasta, pero vamos a invertir muchísimo. Las buenas inversiones son las que tienen un propósito”. Debido al nivel de producción, “va a haber gente que no va a poder tomar la cerveza”, apostilló.

Rivera sostiene que Lupia es la marca que “más va a hablar del propósito” de la compañía”. “Es bueno para el mundo de la cerveza que existamos porque hacemos las cosas con respeto a un producto que tiene miles de años, y respetamos esas materias primas, el tardar en hacer las cervezas o cultivar tus propias materias primas”, aseguró. El presidente de Hijos de Rivera reconoció, además, que esta marca está directamente ligada a la cosecha del lúpulo gallego. “Es una cerveza diferente a lo que tenemos, queríamos dar un golpe”, insistió. Al mercado saldrán dos tipos de cerveza Lupia: una elaborada con lúpulo nugget y la otra, con lúpulo magnum. La primera tiene un “punto picante” y sabor “herbáceo y terroso”, mientras que la segunda es más “afrutada, floral y un poco cítrica”.

Desarrollo

El maestro cervecero Luis Alvar también apuntó en la presentación que estas cervezas son el resultado de un proyecto “muy importante”, ya que supone el paso definitivo tras la “recuperación de la plantación del lúpulo en zona local hace veinte años”. Luis Romero, de Hijos de Rivera, afirmó que se eligió el nombre de Lupia porque “conecta semánticamente con el lúpulo” y porque “lupus significa lobo en latín” y esta cerveza tiene “mucho colmillo”. La recuperación del cultivo de lúpulo, el “oro verde”, por parte de Hijos de Rivera se inició en 2004, como homenaje de Estrella Galicia a su fundador y pionero de su cultivo en España, José María Rivera Corral, realizándose en el centenario de la empresa, en 2006, la primera cosecha conmemorativa. “Corral fue la primera persona que trajo el lúpulo a España”, recordó el gestor de proyectos de I+D de Cosecha de Galicia, José Luis Olmedo.

En la actualidad, desarrolla a través de Cosecha de Galicia sus proyectos de producción, innovación e investigación sobre el cultivo del lúpulo a partir de un modelo de colaboración con otras entidades con experiencia, como el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) y agricultores locales. El proyecto cuenta en estos momentos con casi once hectáreas de cultivo, donde se cultivan las siguientes variedades: Nugget, Magnum, Perle, Sladek, Merkur, Cascade, Admiral, así como Zeus y Triple Pearl.

Abegondo

La presentación de la tercera marca de Hijos de Rivera contó con la visita a los campos de lúpulo en Abegondo, una de las seis que tiene en este municipio. Además, la compañía colabora con una cooperativa de siete agricultores locales. Para una caña de esta cerveza hacen falta cinco flores de lúpulo y, para un litro, se necesita un gramo.

La planta, indicaron en la visita, crece unos veinte centímetros al día. Entre las flores hay plantaciones de nabos, que se utilizan para controlar las malas hierbas y, por lo tanto, evitar el uso de herbicidas. “También se trituran y se incorporan a la tierra como abono verde para reducir la utilización de abono químico”, apuntaron.

José Luis Olmedo adelantó, por otra parte, que actualmente cuentan con un “proyecto de cultivo ‘indoor’ de lúpulo” para darle “las condiciones idóneas” para su desarrollo, ya que en los últimos años han aparecido “bastantes plagas” en las plantaciones exteriores. El lúpulo, a su vez, sufre “mucho” con los efectos del cambio climático.