Del Conservatorio Profesional de Danza a cruzar el charco para deslumbrar a todo el mundo. El último paso de baile de Lino Suárez, coruñés de quince años, ha sido tan espectacular como exitoso, y es que esta joven promesa del mundillo se hizo a comienzos del pasado mes en Chicago con el segundo puesto en dos categorías (danza clásica y danza contemporánea) del Youth American Grand Prix, considerado como el certamen más importante del mundo. Tras varias semanas de intenso esfuerzo y preparación, el bailarín venció a más de 350 personas en su categoría, accediendo así a una final que se celebrará en abril en Florida.
Lino comenzó a bailar a los cuatro años. “Había visto un festival de danza de mi primo y le dije a mi madre que también quería ir, así que me apunté a una escuela. Más de dos años después, mis padres vieron que me gustaba mucho y me preguntaron si quería hacerlo de una forma más profesional y quería hacer las pruebas para el Conservatorio”, resume. Así, desde los siete hasta sus actuales quince años lleva dedicándose en cuerpo y alma a una disciplina que ha aprendido a amar: “Al principio, no me gustó mucho el Conservatorio porque yo antes bailaba cosas más modernas, no tan clásicas, pero al final me fue gustando”.
Precisamente a raíz de su entrenamiento con el Conservatorio le surgió la oportunidad de ir a Chicago. “Fui a hacer un curso de verano a la Ruth Page Center for the Arts, una escuela de danza de Chicago, y el director me dijo si quería participar en un concurso que había de preselección para la final del Grand Prix, y le dije que me encantaría porque siempre lo había visto desde pequeño y creía que participar sería un logro grande para mí”, explica. Así, tras prepararse en el Conservatorio coruñés y luego pasar un mes entero ensayando in situ en Chicago con bailarines de todo el mundo, participó –y arrasó– en el concurso. “No creí que fuese a quedar en el segundo puesto, y en la ceremonia me sorprendí y me alegré bastante de haberlo conseguido”, comenta. Parte de su asombro provino de su hasta ahora nula participación en esta clase de eventos: “Nunca había participado en un concurso, y menos en uno tan grande como este”.
Según explica, el concurso, que lleva 25 años existiendo, funciona para promocionar a futuros bailarines: “Es el concurso más importante de danza, y han salido muchos grandes bailarines de ahí”. Si bien aún no sabe si acudirá a la final, manifiesta que le encantaría porque “independientemente de que ganes o no” es una oportunidad de ver a los mejores del mundo y aprender para algún día llegar a ese nivel.