El Encuentro Mundial de Humorismo (EMHU) afronta desde finales de este mes de abril (del 28 de abril al 7 de mayo) su tercera edición. Ya desde el cartel, el evento apunta a ‘agitar cabezas’, “tu propia cabeza y agitar también las cabezas de los demás”, puntualiza el director de la cita, Luis Piedrahita.
“Nosotros, en el EMHU, siempre intentamos que cada edición subraye alguna de las funcionalidades, o las misiones, que tiene el humor”, apunta Piedrahita, explicando que, en el caso de la pasada edición, la de 2022, acudieron al origen, “hablábamos de la idea primigenia, de como el humor surge de una idea”. Pero, para este 2023, se centrarán en como “el humor busca agitar cabezas” y, rápidamente, el humorista echa mano de la metáfora y las comparaciones, “es como un colisionador de hadrones, un acelerador de partículas donde, impactando, colisionando ideas y conceptos, descubrimos nuevas realidades que nos cuentan algo de lo que tenemos delante”. Y es que “eso es lo que hace el humor, agitar la cabeza propia y la de los demás, para saber de que va la vida”.
Es la tercera edición, aunque podrían haber sido más, “ya sabes que nos atropelló el camión del covid, pero nos hemos recuperado muy bien, A Coruña se ha volcado”. Y es que en cuestión de horas las entradas empezaron a volar, igual que ocurrió el año pasado, que el evento reunió a más de 19.000 espectadores. “Mientras los coruñeses, y la ciudad en sí, se vuelquen, nosotros seguiremos, mientras se sigan entregando, nosotros nos seguiremos entregando un poquito más”, señala el humorista.
Esa respuesta del público se dio desde la primera edición del EMHU. “La verdad es que, en un primer lugar, no lo armamos pensando en la consecuencia o en la repercusión”, explica Piedrahita, sino que “nuestra ambición era hacer un gran festival de comedia, algo que no había en España, de hecho, decíamos de hacer el mejor festival de comedia de España y convertir A Coruña en la capital mundial del humor”. Apuntaban al lado artístico y, “cuando alguien emprende un proyecto artístico, piensa poco en la repercusión o en la dimensión final que podría alcanzar, sino en los caminos que nos interesaba transitar, en los objetivos que queríamos lograr”, explica.
Y así se volcaron en varios objetivos, como traer a la ciudad “a los mejores humoristas de España y del mundo” y en “hacer espectáculos exclusivos” que no se vieran en ningún otro lugar de España. Así nacen galas como ‘Animus Iocandi’ o ‘Humoris Causa’, en los que “cómicos se juntan para hacer sólo ese espectáculo”. Pero también existen propuestas nuevas, como la del propio Piedrahita, ‘La banda sonora de nuestra risa’, con la banda municipal de música, o propuestas que se ven en exclusiva en el evento. Esa es la “personalidad” que buscaron con el Encuentro Mundial de Humorismo, juntar en diez días a lo mejor de la comedia, “eso era lo que queríamos y lo que hemos conseguido, la repercusión, la entrega y la aceptación y éxito es algo que vino después y que no es que no nos lo esperáramos, es que no habíamos pensado en ello”, reconoce entre risas.
El humor es como un acelerador de partículas, colisionando ideas y conceptos para descubrir nuevas realidades que nos cuentan algo de lo que tenemos delante
En esta edición, además, se suman al 50 aniversario del fallecimiento de Picasso, para “hablar de esa esquinita que el artista toca con el humor”. Y lo hacen con una exposición que repasa las aproximaciones de artistas como Mingote o Quino al ‘Guernica’, así como con una charla de Siro López, “nuestro lumen, nuestro faro, una de las personas que más sabe de humor”.
Tras momentos duros, como una pandemia, siempre apelamos a la necesidad de reírnos y evadirnos, y quien aquí escribe no se resiste a hacer la pregunta de si esa necesidad es cierta. “Eso no es cierto, siempre va a haber una desgracia que sirva de excusa para decir ‘¿crees que la gente necesita reírse tras la crisis de 2008?’ o ‘¿crees que después de la guerra la gente necesita más reírse?’”, recrea el humorista.
“Cada cinco años va a haber una desgracia, un cataclismo, un volcán... después del cual la gente va a necesitar reírse”, explica Piedrahita, que ahonda en su idea, “el humor es imprescindible siempre, cuando las cosas van bien es necesario para esta bien, es una forma de enfrentar la vida, no de anestesiarse”, añade.