Las ruinas suponen un problema a muchos niveles: sanitario, porque se convierten en refugios para ratas y palomas y en vertederos de basura; social, porque a menudo son okupados por individuos marginales o directamente criminales y físico, porque su derrumbe, aunque sea parcial. Es lo que ocurrió el mes pasado al inmueble que ocupa el cruce de la calle Tui con Atocha Alta, y que ayer comenzó a ser demolido. Es un hecho aislado: a pesar de que existe una gran cantidad de ruinas en la ciudad, el año pasado solo se registró una demolición total de un edificio para construir uno nuevo en el solar, según el Instituto Galego de Estadística (IGE).
En diez años, se ha concedido la licencia para la demolición de 28 edificios, entendiendo esta como total. El año de más actividad fue 2021, con cinco demoliciones. La Concejalía de Urbanismo considera que existen alrededor de unos 70 edificios declarados oficialmente como ruinosos. En muchos casos (como el del 120 de la ronda de Nelle) se trata de propiedades que no tienen un dueño claro, normalmente porque el anterior falleció y sus herederos no se hacen cargo de la propiedad.
El tejado se había venido abajo en la madrugada del 31 de mayo, alarmando a los vecinos de la zona
El Ayuntamiento suele sancionar, pero rara vez las multa surten efectos. Lo normal es que el edificio se degrade hasta que empiezan a caer escombros, trozos de fachada o, como en el caso de la calle Tui, el pasado 31 de mayo, todo el techo.
De madrugada, los vecinos habían escuchado un fuerte ruido y a primera hora de la mañana se comprobó que la cubierta del edificio había colapsado, arrastrando el forjado de la segunda planta. Es decir, que solo quedó en pie la fachada.
El servicio de emergencia solicitó la presencia de un técnico municipal de la sección de Ruinas para que realizase una comprobación inicial. Quedó claro el mal estado del inmueble, que ofrecía peligro de derrumbe. Los Bomberos realizaron un saneamiento de los elementos con mas riesgo y la policía local se encargó del balizamiento y corte de parte de las calles. A día de hoy el cruce sigue cortado mientras continúan los trabajos de demolición.
Hay que señalar que las demoliciones parciales son más habituales, lo que indica una tendencia a la rehabilitación de viejos inmuebles cuando es posible. Solo el año pasado se concedieron 48 permisos para demoliciones parciales, según las estadísticas del IGE.