María Dolores López-Menéndez | “Muchos de los enfermos de cólera en A Coruña fueron enterrados vivos”

La escritora publicó recientemente ‘Ardentía 1854’, una novela ambientada en la epidemia del cólera que en el siglo XIX diezmó a la población de la ciudad. Hoy se cumplen 170 años de la multitudinaria procesión para pedir ayuda a la Virgen de los Dolores
María Dolores López-Menéndez | “Muchos de los enfermos de cólera en A Coruña fueron enterrados vivos”
María Dolores López-Menéndez, junto a San Nicolás | Patricia G. Fraga

Un día como hoy, hace 170 años, miles de coruñeses salieron a la calle para procesionar junto a la Virgen de los Dolores, la conocida como ‘Virgen del Cólera’, pidiendo el fin de la epidemia de cólera que asolaba la ciudad y que acabó con un tercio de su población. Fue una especie de milagro, las muertes, que se contaban por un millar al día, bajaron de golpe. “Lo que relatan los periódicos de la época es que el 22 de octubre se sacó en procesión a la Virgen de los Dolores de San Nicolas y que el 23 bajaron los casos a lo bestia”, recuerda María Dolores López-Menéndez, autora de ‘Ardentía 1854’ (Hércules de Ediciones), la primera novela de una saga que repasará momentos históricos de Galicia y que ha comenzado por la epidemia que diezmó a A Coruña.
 

“Empecé por esta porque acabábamos de salir de la pandemia y hay muchas similitudes en cómo se gestionó la pandemia de cólera y la del covid”, recuerda la autora. La enfermedad llegó a Vigo y se diagnosticó “como una infección gastrointestinal por culpa de una harina contaminada”. Cuando el primer barco infectado arribó a A Coruña, “ya era demasiado tarde”. Empezaron los decesos. “Familias enteras morían en 24 horas. Era una barbaridad”
 

López-Menéndez deja claro que “no es un libro de historia”, pero ambientará cada novela en un momento histórico concreto. Todas las novelas que conformen la saga ‘Ardentía’, igual que esta primera, “recogen extractos de la prensa de la época, donde se narran, en este caso, cómo visitan las casas de los enfermos y cómo el Gobierno gestiona la situación”, apunta la escritora, que asegura que “lo que más me gusta del mundo es una hemeroteca”.


“Quiero que sea una manera amena de acercar al lector a momentos concretos de nuestra historia que han marcado la identidad de pueblos y ciudades de Galicia. Esta del cólera es una de las más tremendas de las que me he encontrado”, asegura.

 

Decesos

Hay muchos puntos de esta historia que resultan llamativos, pero la autora afirma que el que más le llamó la atención era el tratamiento tras la muerte. “Era tan alto el índice de mortalidad que no daba tiempo a enterrar a los fallecidos en condiciones".
 

“Los historiadores se han dedicado a buscar la famosa fosa común gigantesca que se excavó, porque se habían llenado todos los cementerios, no había nichos ni tumbas suficientes”. La documentación de la época sitúa la fosa en San Amaro, pero la escritora cuestiona que, “por culpa de una carta de una señora a un familiar”, la ubicación se ha confundido. Esta carta hablaba del lugar de entierro de un muerto por cólera en un lugar de San Amaro y aseguraba que encima se había construido la capilla. “Es imposible, porque la capilla de San Amaro se acabó de construir en 1835”, apunta, antes de aclarar que “lo que sí se construyó después de la epidemia es la sala de autopsias”, el lugar en el que ella sitúa la fosa en la novela, porque “está detrás de la capilla y se construyó ocho años después”. Hoy en día es la recepción del camposanto. “Tiene que estar ahí. La lástima es que nunca podamos investigarlo, porque no van a levantar esa construcción”, apunta.
 

Lo que habría debajo podría dejar claro la barbarie que fue aquella época. “Los tuvieron que enterrar de pie, para que ocupara menos espacio. Hay un montón de documentación que dice que, probablemente, muchos de ellos fueron enterrados vivos, lo cual habría sido terrible para el Gobierno de la época si se hiciera público”, cuenta.
 

La virgen que lo originó todo

Recordando la ‘Virgen del Cólera’, la autora recuerda que hay dos. Una imagen posterior, “que es la que podemos visitar cuando entramos en San Nicolás”, y la del cólera, “más pequeñita y guardada dentro”. Fue la segunda “la que salió en procesión hace 170 años”. 


Fueron, precisamente, dos estampas de la virgen, que consiguió de pequeña, las que propiciaron la investigación. Una era la del cólera de 1854, la otra era la coronada por orden de Alfonso XIII el siglo pasado. 

María Dolores López-Menéndez | “Muchos de los enfermos de cólera en A Coruña fueron enterrados vivos”

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