Tras meses de reclamaciones reiteradas, la paciencia de los vecinos de Mesoiro Viejo está ya muy cerca de agotarse. Aunque sus demandas son diversas, la que más preocupa es la situación del área biosaludable y otras zonas aledañas, que se encuentran absolutamente ocupadas por la maleza. “La imagen que da toda esa zona en la actualidad es nefasta. Estamos muy indignados y ya no sabemos qué hacer para que nos hagan caso”, explica Javier Hurtado, que ejerce las funciones de presidente de la asociación vecinal y portavoz.
“Cualquier persona que pase por esta zona alucina. No es normal que un lugar que se supone que está hecho para el bienestar de las personas se encuentre en esas condiciones, que son absolutamente lamentables. No se puede ni entrar de una manera sencilla. No hay más que verlo”, añade Hurtado, que admite que está “harto” de llamar a la administración para informar de la situación y pedir soluciones, sin éxito alguno en dichas gestiones.
De hecho, según sostiene Hurtado, hay otros lugares en la zona en las que también existe una situación de abandono. “En la zona en la que está el área infantil, hacia el río Monelos, hay ratas más grandes que conejos. Es tremendo que nadie haga nada para intentar solucionarlo”, afirma.
Aunque la imagen que presenta el área biosaludable ya supone un motivo de indignación para los vecinos de Mesoiro Viejo, lo cierto es que la situación es para ellos todavía más grave porque otras zonas cercanas sí que han sido desbrozadas hace, relativamente, poco tiempo, lo que provoca que se sientan aún más olvidados. “En el camino de Pouporón, en la zona de Residencial Mesoiro hacia el campus de la universidad, sí que limpiaron. Sin embargo, hacia la zona de la cervecería O Sampaio, donde acaba el carril bici, no lo han hecho. Y es vergonzoso. No entiendo el agravio comparativo de que una zona se mantenga en buenas condiciones y la otra no. Es inadmisible”, reitera el portavoz vecinal.
Además del asunto de la maleza en la zona del área biosaludable, que es la prioridad para los vecinos, lo cierto es que tienen más demandas en relación con esa zona concreta del barrio. “No hay tampoco ni una triste papelera. La falta de mantenimiento es evidente en todos los sentidos. También llevo años pidiendo una fuente de agua potable para que puedan beber tranquilamente las personas que van a correr o a hacer ejercicio, pero no hay manera. Por no hablar de que toda la zona se llena de pulgas y ‘carrachas’”, asegura. “Ahora que estamos en pleno verano, es momento de que lo solucionen de una vez por todas. No podemos esperar más”, concluye.