El ciclo de conferencias ‘A Coruña, primeiros trazos de Picasso’, una de las propuestas paralelas de la exposición ‘Branco no recordo azul’, recibe hoy al profesor del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Nueva York y uno de los mayores especialistas de Picasso, Pepe Karmel, que cuenta que descubrió a Picasso cuando era adolescente, en el MoMA neoyorquino, en una época en la que se mostraban en el museo las obras cubistas de Picasso, ‘Las señoritas de Avignon’ y el ‘Guernica’, “que aún no había regresado a España”.
Más tarde, fue su profesor, William Rubin, otro gran experto en Picasso, quien le encomendó un trabajo sobre las creaciones cubistas del artista malagueño. Al principio, Karmel pensó que “la tarea de Rubin sería aburrida, porque ya había mucho escrito sobre Picasso”, por lo que pensó que la tarea consistiría en “resumir” lo que ya estaba escrito. Pero descubrió “que apenas había nada escrito sobre esos dibujos y podrían dar una nueva clave del cubismo”, por lo que aquella tarea se acabó convirtiendo en una suerte de primera piedra de su carrera. “En estos 40 años desde aquel momento, he continuado descubriendo nuevos aspectos del trabajo de Picasso, es inagotable”, apunta.
La charla, ‘Cubismo e máis aló’, será en el museo de Belas Artes a las 20.00 horas. Karmel explica que su conferencia abordará “como Picasso inventó el cubismo, junto a Georges Braque”. “El Cubismo es notoriamente hermético, por lo que mi objetivo es hacerlo más fácil de entender, trazando las fases clave de su desarrollo”. Así abordará tres periodos, un primero entre 1908 y 1912, el segundo entre 1914 y 1925 y un último a partir de 1937.
A pesar de que ahora se conocen todas sus facetas, al hablar de Picasso pensamos de manera casi instantánea en el ‘Guernica’ o en sus creaciones cubistas. “Para el público europeo, Picasso es el creador del ‘Guernica’ y, por tanto, de los monstruos del Surrealismo”, apunta Karmel, mientras que “para los historiadores del arte, sigue siendo, principalmente, el inventor del Cubismo, que dio lugar a dos grandes lenguajes del modernismo: la abstracción y el montaje”, no obstante, “lo que se descuida, creo, es la invención de un nuevo tipo de Clasicismo”. “Los historiadores del arte a menudo lo consideran un paso atrás, pero para mí el clasicismo de Picasso es tan innovador e importante como su surrealismo”, añade.
A veces puede parecer que el público estadounidense y el europeo abordan a Picasso desde distintas ópticas. Y Karmel lo refrenda, “en EEUU, el público en general no entiende muy bien la obra de Picasso, por lo que la gente se centra en sus relaciones románticas y en los elevados precios de las obras, todo el mundo entiende el sexo y el dinero”, bromea el profesor. Sin embargo, en el Viejo Continente, “hay una mayor comprensión de su obra surrealista, pero el Cubismo, y quizá también su Clasicismo, siguen siendo un reto”.