La Policía señala que el 120 de la ronda de Nelle era el “punto caliente” de la ciudad

Las patrullas del 091 visitaban el lugar a diario, en ocasiones tres veces, por toda clase de sucesos
La Policía señala que el 120 de la ronda de Nelle era el “punto caliente”  de la ciudad
La Policía Local mantiene la vigilancia mientras deja pasar a los okupas a recoger sus pertenencias | Patricia G. Fraga

Durante el día de ayer, los okupas entraron y salieron del 120 de la ronda de Nelle, pero solo para recoger sus efectos personales: el edificio permanece cerrado desde que se declarara un incendio el martes en su noveno piso. Para muchos, es una bendición: mucho antes de ardiera ya se había convertido en el “punto caliente” de la ciudad. Fuentes de la Policía Nacional señalan que al día tenían que realizar hasta tres intervenciones diarias, por muchos motivos. El edificio de diez pisos acogía a personas que se dedican a la mendicidad, pero también a cometer pequeños crímenes, como hurtos o atracos. Esto ha acabado. Por lo menos, de momento, a la espera de que los propietarios decidan tapiarlo. Mientas tanto, el 092 mantiene allí una guardia permanente.


En parte, el lugar ha sido conflictivo porque en él se refugiaban jóvenes norteafricanos que se enzarzaban en peleas entre ellos. Un ejemplo fue el grave incidente que tuvo lugar en el comedor social de padre Rubinos, donde un joven resultó herido de gravedad en la cabeza. Al día siguiente, dos sospechosos fueron detenidos por la Policía Nacional. Otros sujetos irrumpieron en un piso (se cree que el tercero) derribando la puerta y le propinaron una paliza a su ocupante, que lo denunció.


En esta serie de incidentes (que confirman algunos okupas) se sitúa el fuego del martes, que habría sido una represalia entre el tercero y el noveno. “Vieron que no había  Un incidente que empequeñece las habituales problemas entre vecinos.  Fuentes cercanas a la investigación apuntan a que el mismo fuego del martes fue provocado y algunos okupas también parecen convencidos de ello y afirman que todo es fruto de peleas entre grupos de jóvenes. Algo que también confirma la Policía.


Naturalmente, al no poder regresar a  sus casas, los okupas han dejado sentir su presencia en el barrio, dejando basura en los rincones y formando grupos en la calle. Fuentes policiales señalan que, a pesar de todo, es positivo que haya desaparecido este punto conflictivo, porque la convivencia de tantos perfiles problemáticos multiplicaba las incidencias. “No es como Penamoa, donde también estaba concentrado todo el problema”, señalan refiriéndose el antiguo poblado que desapareció hace más de diez años y que concentraba gran parte de la actividad criminal en A Coruña por ser un auténtico “supermercado de la droga del noroeste”.


En el caso del 120 de la ronda de Nelle, nunca se ha señalado como un punto de venta de drogas (aunque sí se han detenido sujetos en posesión de estupefacientes, presuntamente para su venta). Hace unos meses, en el noveno se descubrió el cadáver de un hombre fallecido supuestamente por una sobredosis.


La Policía Nacional sabía, desde hace tiempo, que en uno de los pisos de este edificio se recepcionaban” (como se dice en la jerga legal) objetos robados, sobre todo móviles. Pero nunca pudieron registrarlo, porque la jueza consideró que no había suficientes pruebas como para conceder una orden. Conviene recordar que la ley otorga a los okupas el mismo derecho a la intimidad de su vivienda que si fuera un residente legítimo.


Clausura provisional


Por todo esto, las autoridades consideran positivo el cierre del edificio. Por lo menos, desde un punto de vista policial.  Pero la clausura puede ser provisional. El fuego dañó los pisos noveno y décimo y el agua arrojada por los Bomberos, hasta el piso séptimo. El resto podrían seguir siendo habitables si así lo decide el arquitecto de la sección municipal de Ruinas.


Mientras tanto, la Policía vigila a los okupas porque esperan que allanen otro edificio abandonado y es importante saber cuanto antes para impedirles que se instalen allí y que la situación se repita. “Estos se van a ir a otro lado”, resumió un mando, recordando que ha ocurrido así en otras ocasiones, como hace unos años, en A Falperra, cuando los jóvenes expulsados de dos edificios fueron a Os Mallos. 

 

Padre Rubinos advierte de que se encuentra cerca del máximo de su capacidad asistencial

“¿Qué voy a hacer? Me voy a Padre Rubinos si tienen sitio”, comentaba un joven okupa el martes, mientras contemplaba cómo los Bomberos sellaban el portal. Él llevaba muy poco tiempo residiendo allí, pero algunos se habían instalado en los pisos del 120 de la ronda de Nelle hacía años. El Ayuntamiento se puso en contacto con el albergue de Padre Rubinos esa misma noche para informar de la situación. Sin embargo,  Mónica Rioboo, directora del Centro Integrado de Atención Social Padre Rubinos, asegura que no acudieron allí.


“Evidentemente, tenían otras alternativas”, comentó. Algunos, por ejemplo, decidieron quedarse en casa de un amigo, aunque fuera de forma provisional. En total, había más de 20 personas residiendo en el edificio okupado, y el Ayuntamiento se encargó de reubicar a los que estaban acompañados por menores. El resto tuvo que buscarse la vida. En Padre Rubinos admiten que les habría costado acogerlos, porque llevan mucho tiempo rozando el límite de su capacidad asistencial. La presión ha aumentado en los últimos años con la llegada de inmigrantes. 

La Policía señala que el 120 de la ronda de Nelle era el “punto caliente” de la ciudad

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