El portavoz del grupo municipal del PP, Miguel Lorenzo, anunció ayer que piensa presentar una moción en el pleno del jueves para poner una solución al ruido de la maquinaria de la Casa Veeduría, en la Ciudad Vieja, que califica de “problema de salud pública”. El histórico edificio, recién reformado, incluye un potente sistema de climatización cuya salida es una reja del tamaño de un garaje, que se encuentra a ras de suelo, y que genera ruido y expulsa aire frío a la calle.
Manuel Fariña, propietario del número 27, aseguró que “la temperatura de la casa baja tres grados. El impacto dentro es brutal, en toda la casa”. Por otro lado, sobre el ruido, señala que lo midió y que ronda los 65 decibelios en plena calle. “Los inquilinos están encantados –ironizó–. La sensación que tiene la del primero es que dejó la campana extractora encendida”.
Fuentes municipales recuerdan que advirtieron hace semanas de que los equipos nuevos harían algo más de ruido al principio. Además, se retrasó la hora de entrada en funcionamiento de la maquinaria para minimizar las molestias. “Yo he llamado a la Policía Local tres veces, para que hiciera una medición, pero ha pasado un mes, y no ha medido nadie, excepto el menda. Poco más tengo que decir”, se lamentó.
Lorenzo, en cambio, sí tenía unas cuantas cosas que añadir. “Nosotros vamos a ser la voz de estos vecinos de la Ciudad Vieja, esperemos que la moción se apruebe por unanimidad, que se identifique el problema y que se den soluciones, porque ya no aguantan más”, declaró durante su vista a la calle de la Amargura.
“Le pedimos a Inés Rey que salga de María Pita y suba las escaleras hasta la Casa Veeduría, que escuche el ruido y busque una solución para que los vecinos de la Ciudad Vieja puedan descansar y hacer su vida normal”, exhortó. Considera que el proyecto estaba mal redactado y no incluyeron la insonorización. El recinto de esas máquinas no solo no está insonorizado, sino que la puerta es de rejilla y el aire no sale por el tejado.