El anuncio de la Xunta de que se construirá un nuevo barrio en Monte Mero, el espacio entre Xuxán (antiguo parque Ofimático) y la Fábrica de Armas, junto a Alfonso Molina, ha generado muchas expectativas. A nadie se le escapa que este desarrollo y el de la Ciudad de las TIC, el nodo tecnológico que se está construyendo en la Fábrica de Armas, están íntimamente relacionados. El éxito de esta iniciativa que llevan a cabo la Universidad y el Ayuntamiento podrían convertir Monte Mero, una zona rural desconocida hasta ahora incluso por la mayoría de los coruñeses, en un nuevo polo de atracción para la ciudad, a pesar de su posición periférica.
El problema, como suele ocurrir, es la financiación. El Ministerio de Defensa entregó una concesión a la Universidad para que desarrollara la Ciudad de las TIC, pero carece de fondos para invertir. De hecho, la situación de la UDC es tan mala que esta misma semana anunció que vendería un edificio.
El rector, Ricardo Cao, tiene que reducir el gasto corriente un 30% después de que perdieran 13 millones de euros en el ejercicio anterior. En el caso de la Ciudad de las TIC, la Universidad necesita inversores para continuar adelante y por eso considera imprescindible la ayuda de otras administraciones, como la Diputación o la Xunta: “Consideramos que este es un proyecto estratégico en el que ya están participando activamente estas administraciones, por lo que nos parece clave que puedan estar también en la sociedad, de manera que entre todas le demos el impulso que merece este proyecto”.
Hay que tener en cuenta que la Ciudad de la Tecnología de la Información y la Comunicación comenzó su andadura hace un año, cuenta con una nave Centro de Servicios Avanzados (CSA) donde trabajan varias empresas, el laboratorio de drones Galaxylab y, recientemente, la Diputación inauguró su estudio virtual. Además, la Xunta construirá allí un Centro de Formación Especializada en Novas Ocupacións.
Pero existen problemas. En julio, finalizó el contrato de su director, Alfonso Martínez, y no se ha buscado sustituto. Y lo que es peor, todavía no tiene sociedad gestora, el órgano rector que se encargaría de buscar y gestionar inversiones. Y, sobre todo, está la cuestión de la sociedad gestora, participada en un 51% por el Ayuntamiento y en un 49% por la Universidad, que todavía no se ha formado, y que lleva meses de retraso. En noviembre se aprobaron de forma inicial los estatutos en pleno y todavía no ha acabado el período de alegaciones. Lo hará a finales de mes, así que es poco probable que la sociedad esté constituida antes de enero, a pesar de que la alcaldesa, Inés Rey, esperaba que fuera así.
Los nuevos estatutos dictan que la Universidad, a la que Defensa cedió la Fábrica de Armas durante 25 años, cederá a su vez a la sociedad gestora uno de los edificios de esta durante veinte años como su sede oficial. Sobre la financiación municipal, el portavoz municipal del PP, Miguel Lorenzo, recordó que estaba en el aire la aportación de 13,1 millones euros que había prometido para el proyecto. En la última modificación presupuestaria del año, el Ayuntamiento inyectó 2,1 millones de euros a la Ciudad de las TIC, para pagar parte del convenio que habían firmado en 2022 para la urbanización de la zona, aunque queda pendiente cerca de un millón.
Por eso la Universidad precisa que la Xunta y la Diputación formen parte de la sociedad gestora de este proyecto, 100% público. El interés de ambas administraciones por la Ciudad de las TIC queda patente porque ambas han financiado sus propios edificios en la antigua Fábrica de Armas y el cambio en los estatutos podría llevarse a cabo sin problemas.
En cuanto a lo que significaría para Monte Mero, Roberto Castro, director territorial de la consultora inmobiliaria Gesvalt, opina que se trata de la salida natural de la ciudad, pero que está relacionada con el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), la Facultad de Informática, la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia) y con la capacidad de coordinación de las diferentes administraciones. “Como idea, es buena, y como desarrollo, es muy positivo” reconoció.
Sin duda, los trabajadores altamente cualificados que atrae la Ciudad de las TIC podrían encontrar acomodo en ese 20% de viviendas de las 4.300 que se construirán y que saldrán al mercado libre. El resto serán de protección oficial, probablemente en régimen de alquiler, según se ha avanzado.
Hay otros desarrollos, como el de San Pedro de Visma, en el que el precio de las viviendas ronda los 400.000 euros. Esto da fe de la alta demanda que existe en una ciudad, como A Coruña, que combinado con la inflación está insuflando unos precios disparados. Castro opina que mientras se genere tanto empleo, persistirá el déficit de vivienda. No se trata solo de la informática o del gigante textil Inditex. Otros sectores como el energético, con el Puerto Exterior acogiendo proyectos de hidrógeno verde, también hacen sentir su influencia y se retroalimentan, puesto que muchas empresas necesitan IA para la gestión de sus datos.
La Xunta ha tomado la iniciativa en este sentido y Galicia será la primera comunidad en regular las IA. “Yo lo veo como un polo de atracción”, comenta Castro, aunque advierte que es mucho lo que depende de la forma final que adopte el ordenamiento. En el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), por ejemplo, figuran varias viviendas unifamiliares, así como un enorme parque. Monte Mero puede convertirse en una de las zonas más solicitadas de la ciudad, a pesar de su lejanía del centro. Su destino y el de la Ciudad de las TIC están unidos.