El futuro de la fachada marítima de la ciudad permanece en un impás desde que el Gobierno local pactó el presupuesto municipal con la Marea, que puso como condición que no se pagara nada por los muelles de Calvo Sotelo y Batería, que consideran que pertenecen a la ciudad, y que deben ser devueltos al trasladarse la actividad al Puerto Exterior. No se ha propuesto ninguna alternativa, y ayer, el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández: “Levamos moitos meses, quince esperando por un protocolo e seis por un convenio. Que nos diga o Concello que é o que quere facer e buscamos solucións. Pero o problema é o silencio”, señaló el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado.
La alcaldesa, Inés Rey, se atribuye la reactivación del proyecto por la reunión del 23 de febrero del año pasado al que acudieron todas las administraciones implicadas. Entonces, se aceptó la propuesta de Rey: el Ayuntamiento compraría el 75% de los muelles, la Xunta el 20% y 5% el propio Puerto. Pero la necesidad de pactar presupuestos con la Marea lo cambió todo. “Cando escoito que non se fixo algo en 17 algo hasta que se fixo unha reunión...”, protesta Prado que recuerda docenas de reunións previas, la aprobación del plan general, la fase cero de La Marina-O Parrote, o el Puerto Exterior de 750 millones de euros. “Levamos vinte anos traballando duramente para poder incorporar estos terreos a cidade. Ahora o que falta é a guinda”, declaró el presidente del Puerto.
La alcaldesa siempre ha rechazado cualquier presión y ha manifestado reiteradamente que es el Gobierno local el que decide los tiempos de este importante proyecto, que está llamado a modificar profundamente la fachada marítima de la ciudad. Pero Prado insiste en que no se trata de meter prisas a nadie: “Levamos esperando quince meses por un protolo que dixo que ía estar en seis e a proposta é do Concello, que non compromete a nada. Prisa, ningunha”.