En inclasificable génesis de La Raíz existe una amalgama de estilos que la han convertido en una de las bandas más singulares y amadas del panorama nacional. Y eso define incluso la forma de vivir el dolor y la manera de convivir con el golpe que ha obligado a su líder y cantante Pablo Sánchez a dar un paso a un lado para luchar contra una enfermedad. 

Tanxugeiras cierran por sorpresa  el concierto de La Raíz con la canción "la hoguera de los continentes"

Un mes después de ese anuncio la formación valenciana ha conseguido hacer del Coliseum una impresionante verbena de sábado, un baile desenfadado y reivindicativo que ha provocado una de las conexiones grupo-fans más impresionantes que se recuerdan sobre el feudo herculino. “Una gira que iba a ser la más bonita de nuestra historia y que, de un momento a otro, ha pasado a ser la más triste”, reconocieron los más de diez músicos a la hora de dirigirse al público. Y lo cierto es que esa bendita tristeza dejó un concierto inolvidable.

“Son xa 17 anos vindo a esta terra (a la que se refirió siempre como Galiza)”, recordó Julio Maloa. Y en las dos últimas horas de esa relación cada uno de sus himnos sonó como si fuera la última vez. Con solo cinco minutos de retraso, y después de introducir el bolo con música de Morricone, ‘A la sombra de la sierra’ hizo saltar los muelles de todos y cada uno de los asientos. Trombones, coros, batería, guitarra eléctrica y son urbano como la receta ecléctica que siempre ha llevado a esa lírica compositiva a un nivel tremendamente personal.

Es difícil identificar cuál es el tema que quedará para el recuerdo del recital, pero el ‘Muérdeles’ que siguió la elección del setlist podría estar en el top 5.

Ni un segundo de descanso o de tiempo para el recogimiento en el camino por las más de 20 canciones elegidas, con ‘El tren huracán’ o ‘Suya mi guerra’ como elecciones más reivindicativas si cabe.

Los recuerdos a Galicia, a la ciudad de A Coruña y la calidad de su público fueron una constante, siempre en gallego y con cada referencia ahogada por ovaciones entregadas. La presencia en el escenario de “los hermanos de Dakidarria” elevó esa comunión a un plano de casi místico.

Quedaron para los bises himnos como ‘La hoguera de los continentes’ o el tema de cierre que da nombre al trabajo más icónico: ‘Entre poetas y presos’.