Reportaje | Los 24 años de intentos que le costó a la Torre ser Patrimonio Mundial

Antes de la candidatura triunfal de 2009 hubo dos intentos frustrados, uno del Centro Gallego de Madrid y otro de la Real Academia de Bellas Artes
Reportaje | Los 24 años de intentos que le costó a la Torre ser Patrimonio Mundial
Torre de Hércules /Quintana

27 de junio de 2009, Sevilla. Uno de los grandes triunfos de la historia de la ciudad cumple este jueves quince años. Se celebrará como se merece por parte del Ayuntamiento. Estrictamente, aquel día culminó un camino iniciado en 2001, cuando se presentó en público el Instituto de Estudios Torre de Hércules (IETH). Pero, es justo decirlo, antes hubo otros dos intentos colectivos que sin final feliz. Los recordamos, y también nos recreamos en el tercero, que fue el de la vencida.


Primer intento: años 80

1985, tres años después del arrasador triunfo de Felipe y del Mundial de Naranjito. Santiago es declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. A Coruña, aún con las heridas abiertas por la sustracción de la capitalidad gallega, toma nota. Quiere entrar también en ese club. Pero la iniciativa no parte del municipio. Es el Centro Gallego de Madrid el que promueve la candidatura de la Torre a partir de ese año. En concreto, su presidente, José Cimadevila.


Encarga un estudio a la Real Academia de Historia. Para difundir públicamente la propuesta, organiza unas charlas en su sede, que se celebran en 1986 y en las que participan especialistas de diferente perfil (ingeniería, academicismo, política). 


Finalmente, todo queda en nada. Se desanima a los impulsores. Se les dice que España ya cuenta con demasiados bienes en esa lista de Patrimonio Mundial (lo que también pasaba cuando se le concedió la distinción al faro herculino en 2009) y que, además, la Unesco prefiere distinguir conjuntos urbanos en lugar de monumentos aislados.


Segundo intento: años 90 

1990, abril. Sigue presidiendo el Gobierno Felipe González. Los fastos del 92 (Juegos Olímpicos en Barcelona y Exposición Universal en Sevilla) están cerca. La Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario, con sede en el coruñés edificio del Consulado, vuelve a la carga: reclama al Ministerio de Cultura que promueva la declaración de la Torre como Patrimonio Mundial.


Para vestir la proposición, le encarga al arquitecto José Ramón Soraluce Blond que elabore un informe sobre el monumento. En enero de 1991, Soraluce y el arqueólogo Felipe-Senén López entregan a la academia un estudio doble, en el que se pide la inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad tanto de la Torre como de las murallas de Lugo. Al mes siguiente se le entrega ese trabajo al delegado del Gobierno, con objeto de que lo envíe a la Unesco.


En mayo de ese año, la Xunta opta por presentar como candidata a la Ribeira Sacra. Alega que no tiene competencias sobre el monumento, que éstas le corresponden al Gobierno central. Aquí muere el asunto.


Siglo XXI: la vencida 

Año 2000, Aznar es el presidente del Gobierno cuando la muralla de Lugo es designada Patrimonio Mundial. Al año siguiente, el 28 de septiembre de 2001, se presenta en sociedad el Instituto de Estudios Torre de Hércules (IETH), presidido por el doctor José Luis Vázquez Iglesias, ‘Manito’, un fanático del monumento, a cuya difusión contribuye con sus magníficas fotografías. 


El 15 de abril de 2002, el pleno municipal del Ayuntamiento de A Coruña aprueba por unanimidad solicitar la declaración del faro como Patrimonio Mundial. Después, se pronuncian en el mismo sentido la Diputación, la Xunta y el Congreso de los Diputados. Al tiempo, el IETH recoge firmas, realiza actividades promocionales y elabora el informe que avala los méritos de la Torre. Lo acaba en 2005 y se lo remite a la consellería de Cultura.


En 2007 se suceden los acontecimientos. Se da un gran paso: el Consejo del Patrimonio Histórico (donde estás representadas todas las comunidades autónomas y el Ministerio de Cultura) remite a la Unesco una lista indicativa en la que, por primera vez, figura la Torre como bien seleccionable, junto a otras 23 candidaturas españolas. En junio muere ‘Manito’, quien es relevado  al frente del IETH por Segundo Pardo-Ciórraga, que resultará ser un gran continuador de la causa.


En julio se produce un hecho clave: el coruñés César Antonio Molina es nombrado ministro de Cultura. Saca de un cajón el olvidado expediente de la Torre. Está decidido a convertirla en Patrimonio Mundial. Pone esfuerzo, tiempo y equipo para que así sea.


Dicho y hecho. En octubre, el faro supera el corte nacional. El Consejo del Patrimonio Histórico Español elige la Torre, que era la primera vez que se presentaba, como candidata española a la Lista del Patrimonio Mundial. 


El 12 de marzo del año siguiente, 2008, el faro supera el corte internacional: es incluido por la Unesco en una relación de 45 monumentos cuya designación como Patrimonio Mundial será evaluada en 2009 por el Comité de Patrimonio Mundial. Éste, en efecto, se reúne en Sevilla el 27 de junio. La Torre es designada Patrimonio de la Humanidad. A Coruña, con el alcalde Javier Losada a la cabeza, es una fiesta. l

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