Aunque hoy era lunes y los exámenes correspondientes a la tercera evaluación están ya a la vuelta de la esquina, los alumnos del IES Ramón Menéndez Pidal disfrutaron de una mañana especial y diferente. Así, tuvieron la oportunidad de cambiar los libros y los apuntes por sus bicicletas, con las que recorrieron la ciudad durante varias horas acompañados por algunos de sus profesores. En total, participaron unos 160 estudiantes.
Se trata de una actividad que estaba dirigida a los alumnos de primero y segundo de ESO. Es decir, chicos de entre doce y trece años. “El objetivo principal de esta actividad era fomentar el transporte y la movilidad sostenible, y la bicicleta es importante en ese aspecto. Queremos fomentar su uso, por lo que nos parecía una buena iniciativa y que ademas permitiría que los chicos también se lo pasasen bien” explica la directora del centro, María Estrella Pérez Freire. “Pretendemos que, en la medida de lo posible, los alumnos se desplacen al centro en cualquier medio de transporte que no sea contaminante, como las bicicletas o el monopatín”, añade al respecto.
El hecho de que, de todos los alumnos del centro, los elegidos para participar en esta actividad hayan sido los más pequeños no es algo casual. “Pensamos que en esas edades es cuando más debemos trabajar para fomentar estos hábitos lo antes posible, porque así será más factible que los sigan desarrollando en el futuro”, señala Pérez Freire.
Los alumnos salieron del centro montados en sus respectivas bicicletas pasadas las nueve de la mañana, y durante casi cuatro horas recorrieron diferentes enclaves de la ciudad, en una jornada en la que la meteorología acompañó e hizo que todo fuese mucho más agradable.
“Desde que salieron del centro, se fueron a la zona del Millennium, de ahí a la Torre de Hércules, y después, a María Pita”, relata la directora. “Además de los profesores del centro que les acompañaban, contamos con la colaboración de Protección Civil y de la Policía Local, que hicieron que todo fuese más sencillo al tratarse de un desplazamiento masivo en bicicleta”, añade.
En todo caso, fue una jornada diferente y amena, en las que los jóvenes pudieron olvidar por unas horas que se encuentran ya en plena época de exámenes. “El final de curso está ya muy cerca y es momento de hacer los exámenes definitivos. Pero, gracias a esta actividad, pudieron oxigenarse un poco y disfrutar de un descanso mental que seguro que les viene muy bien para reponer fuerzas y encarar los exámenes con más ganas”, cree optimista la directora, muy satisfecha con el éxito de la iniciativa.