La soledad suele ser sinónimo de paz y libertad, pero cuando no es deseada se convierte en un motivo de angustia. Esto ocurre a menudo con la Tercera Edad, que va perdiendo su contacto con la sociedad a medida que envejece y es aún más pronunciado en el caso del colectivo Lgtbi+, que afronta su propia idiosincrasia. Por eso es tan importante que, antes de que se acabe el año, se abra una residencia de la Tercera Edad para este colectivo en Los Rosales. SIempre que la Xunta dé su visto bueno. 

La Fundación 26 de Diciembre es la responsable de esta iniciativa y ayer, coincidiendo con la visita de su presidente, Federico Armenteros, celebró un acto en el café Macondo en el que puso de relieve la importancia de este tipo de iniciativas: “Ahora estamos dando los últimos retoques, pero abriremos tan pronto como pasemos la inspección de la Xunta”.
 

En total son doce plazas distribuidas en dos pisos de un bloque de viviendas de Los Rosales. Armenteiros explica que los únicos requisitos para poder optar a una plaza son tener 65 años y pertenecer al colectivo, a menos que se sufra una discapacidad. 
 

Vuelta al armario 

El presidente de la fundación,  estuvo acompañado por Fito Ferreiro y Paco Novo. Señaló el problema que supone para muchos mayores Lgtbi+ perder su independencia: “Muchos vuelven al armario al entrar en una residencia. Les da miedo que les puedan decir ‘Eres maricón’”. 
 

Armenteros anima a todos los que lo deseen a sumarse a las actividades que promueven, con más de una veintena de personas en el centro comunitario de la Ciudad Vieja, “para empoderarlos, para encontrarse con iguales”. Se reúnen los martes, cada quince días, en ese espacio diverso.