Los transeúntes de los arenales de A Coruña pueden encontrarse durante este verano, pese a las inclemencias climáticas y unos cielos más nublados de lo normal, con una curiosa escena: la de un grupo de niños, acompañados de socorristas, jugando y aprendiendo técnicas básicas de salvamento deportivo y primeros auxilios. Esto es posible gracias al programa especial de formación organizado de forma conjunta por el Ayuntamiento y la Federación de Salvamento e Socorrismo de Galicia (Fessga), que este año celebra su tercera edición.
La iniciativa, que se lleva a cabo en las playas de Riazor y de Oza desde el día 4 de julio hasta el 15 de septiembre, y en la que pueden participar de forma gratuita los niños de entre 6 y 16 años, busca “promocionar el deporte” y que los socorristas enseñen a los más pequeños cómo trabajan, según explica Nuria Rodríguez, presidenta de la Fessga. Para tal cometido, estos trabajadores “hacen juegos con los niños como atrapa la bandera, practican con la tabla de rescate y les enseñan pequeñas pruebas de salvamento como aprender a hacer una RCP (reanimación cardiopulmonar) con un muñeco”, explica Rodríguez. Todo esto, destaca, mientras se les inculcan valores como “el respeto al mar, a la playa y a la gente”.
No obstante, pese a la atenta dedicación que prestan los participantes para aprender lo que se les enseña, lo cierto es que “se lo pasan muy bien”. “Hay niños que llevan viniendo los tres años casi todos los días, ya son clientes fieles”, dice Rodríguez. Esa es la opinión mayoritaria, desde luego, que comparten los propios infantes. Hoy participaron en las actividades de la tarde pequeñas valientes como Sofía, Martina o Sara, entusiasmadas por los juegos, y que afirmaron con orgullo que les gusta aprender esta clase de prácticas porque así pueden “ayudar a salvar una vida” o “socorrer a los ahogados” e, incluso, porque les gustaría “ser socorristas”.
Asimismo, los padres de los menores son los primeros que se muestran contentos. Melissa, madre de María y Carolina, comenta que le parece una “actividad genial” por lo mucho que se divierten los niños mientras aprenden cosas útiles. Y asegura a su vez que sería una gran idea que hubiera actividades de este estilo en todas las playas de la urbe herculina.
Todo ello, pese a un verano en el que el buen tiempo ha brillado por su ausencia. “Este año, el mayor problema que tuvimos fueron los días malos. Hay muchos altibajos, algunos días pasa de 20 niños, otros son diez o doce, con una media de edad entre los siete u ocho años. Va un poco en función de la gente que hay en la playa y del tiempo que hace”, comenta Rodríguez. No obstante, sí destaca en relación con los años anteriores que ha habido muchos turistas, sobre todo en agosto. Para participar simplemente hay que inscribirse en la web de la Fessga o in situ en las casetas de salvamento.