La venta de la más desconocida de las vistas que Urbano Lugrís hizo de su ciudad natal trae a la actualidad las otras panorámicas similares. Repasamos todas, un total de nueve. Aclaremos que excluimos de esta relación, por tratarse de perspectivas parciales, algunas piezas en las que se ve la Torre de Hércules y su entorno, como es el caso de una obra que pertenece a la Fundación Barrié y forma parte de la serie que Lugrís hizo para el hotel Embajador, o la gran composición que hay entrando a la derecha en el antiguo restaurante Fornos.
1946. La primera, una vista portuaria. Galeones, San Antón, la Ciudad Vieja con sus iglesias y los molinos de la Torre son algunos de los elementos que Lugrís emplea en esta primera vista y repetirá después. Pero hay algo que no repetirá: la representación del faro con parte del viejo muro exterior aún en pie.
1951. Intervención en el Fornos. El 24 de febrero de 1951, Lugrís dio por finalizada una de sus obras más populares: el gran mural en la bóveda del Restaurante Fornos, en la calle de los Olmos, en la que pintó una espectacular panorámica de A Coruña. Aparecen el castillo de San Antón, la Ciudad Vieja y una Torre de Hércules con dos torreoncillos en su parte superior. Son los realizados sobre la cúpula romana por el arquitecto Amaro Antúnez e instalados allí entre 1684 y 1685. Por tanto, si tomamos como referencia temporal el aspecto del faro, pinta una vista que hemos de datar entre 1684 y 1788, cuando empieza la reforma de Giannini en el siglo XVIII que le proporcionó su actual aspecto exterior. El local se encuentra cerrado y el estado actual de este mural, y del resto que pintó en el Fornos, se desconoce. Pronto serán todos BIC y ya han sido adquiridos por la Xunta, que en breve decidirá si los traslada o los mantiene in situ.
1952. Un gran mural en la sede del Banco Hispano-Suizo. En 1952, el Banco Hispano-Suizo abrió una sucursal en la calle Real, en los números 74-76. Lugrís realizó siete obras en ese local. De ellas solo ha sobrevivido una, y de forma parcial (la parte superior no se conserva). Se trata de ‘Vista de A Coruña 1669’, así titulada porque en ella el coruñés toma como punto de partida la vista que Baldi realizó en 1669 cuando visitó la ciudad como parte del séquito de Cosme III de Médici. La Torre de Hércules que representa es anterior a la reforma de Giannini. Otros elementos evocativos del pasado son los galeones y las viejas murallas de una ciudad en la que las casas pierden la batalla de la altura con los templos religiosos. Hasta hace pocos años los coruñeses lo disfrutaban en el café Vecchio (hoy, Tiger) de la calle Real. Desde 2017 lo pueden ver, restaurado, en la sede central de Abanca, entrando por los Olmos.
1955. Una vista nocturna del puerto. No son habituales en el muy colorista Lugrís ni las vistas nocturnas ni contemporáneas. Por eso el coruñés, residente en Madrid, que posee este cuadro lo custodia como oro en paño.
1959. Una ventana al pasado coruñés abierta en Madrid. En 1959, realizó en la casa madrileña de los Lugrís-Muñoyerro (es decir, su hermano Severino y su cuñada Teresa Alonso Muñoyerro) el mural ‘Vista de A Coruña 1830’. La pieza permaneció en ese domicilio, ubicado en la calle Lope de Rueda, hasta finales de los ochenta, en que fue donada por los hermanos Lugrís Alonso-Muñoyerro al Ministerio de Cultura. Este acordó, a través de la Xunta, su traslado al Museo de Belas Artes da Coruña, donde se expone desde 2013 tras haber sido restaurada.
Lugrís se retrotrae a una Coruña del pasado, a la de 1830, como el artista indica en una esquina de la tabla (“La Coruña/1830”). Tienen protagonismo especial dos figuras humanas de cuerpo entero —algo inhabitual en su pintura— y, por supuesto, una luminosa y muy fabulada A Coruña, en la que sobresalen el castillo de San Antón, la Ciudad Vieja y, por supuesto, la Torre de Hércules, que, en consonancia con el año, representa con el aspecto que le dio Giannini. Entre los barcos, destaca un vapor de ruedas, y fue precisamente en ese tiempo cuando los vapores de Francia, Portugal e Inglaterra empezaron a frecuentar el puerto.
1960. La decoración de un hotel. En 1960 están datadas por el propio Lugrís las nueve obras que realizó para el Hotel Embajador, en A Coruña, ubicado en el edificio que hoy alberga el Teatro Colón y la sede de la Diputación y que había sido inaugurado en 1948. El encargo partió del Banco Pastor, y aunque el destino de las obras era el citado establecimiento, finalmente se instalaron en el Hotel Finisterre. Tanto el banco como estos dos hoteles eran de aquella propiedad de Pedro Barrié de la Maza. Lugrís pintó nueve tablas de un tamaño similar (57 x 57 centímetros) con vistas de A Coruña, una general (en la que se ve el puerto) y otras parciales (la torre de Hércules, la plazuela de las Bárbaras, la iglesia de la Orden Tercera, la Puerta del Parrote o la fuente de Neptuno. El hotel sigue abierto —ahora con el nombre de Hesperia Finisterre— pero estas obras ya no se encuentran en este establecimiento desde hace varios decenios. Hoy forman parte de la colección de la Fundación Barrié de la Maza.
1971. La última. Antigüedades Padrón tiene a la venta por 59.000 euros esta vista, la más desconocida de todas las que hizo de su ciudad, como se contó el viernes en El Ideal Gallego.
Sin fecha. La ciudad de 1805. En el libro ‘Urbano Lugrís. Viaje al corazón del océano’, de Antón Patiño, se reproduce, con el título ‘Panorámica de A Coruña’, una vista que el pintor envuelve en una cenefa que dice así: “Esta es la muy hermosa, leal y hospitalaria ciudad de La Coruña en el año del señor de 1805”. La Ciudad Vieja, el isleño castillo de San Antón y cinco molinos en la zona de la Torre de Hércules, ya reformada por Giannini, aparecen en la composición.
Una serigrafía sin datación. No tiene fecha una serigrafía titulada ‘Marineda soñada’ en la que no se distingue ningún elemento característico de la ciudad.