La Feira das Marabillas se celebra cada verano en la Ciudad Vieja posicionándose como el gran evento que impulsa la actividad en el casco histórico. La cita anual supone un ‘empujón’ y un ‘salvavidas’ para el comercio, que autofinancia su desarrollo, pero los vecinos acumulan quejas y peticiones hasta el punto de pedir que en esta ocasión se lleve a cabo fuera de sus calles. 

El presidente de la entidad vecinal, Leonardo Méndez, asegura que han trasladado al Gobierno local varias cuestiones relacionadas con esta celebración. La primera, que dure cinco días –de viernes a martes–, la segunda y más importante para ellos, que tenga lugar en la explanada de O Parrote, el dique de abrigo o el muelle de Batería. 

Esta petición, explica, se centra, sobre todo, en los puestos que ofrecen comida y bebida, al considerar que “son competencia desleal para la hostelería de la zona” y que provocan malos olores y ruidos para los residentes. Aceptarían, eso sí, que los comerciantes que vendan productos de artesanía puedan instalarse en sus calles. El año pasado, en la edición XXVI, los vecinos solicitaron un recorte en su duración, una petición que finalmente se vio consumada al pasar de las seis jornadas habituales a cinco.

Diálogo

Por su parte, la organizadora del evento, la Asociación de Comerciantes de la Ciudad Vieja de A Coruña (Aceca), presentó por registro su propuesta. En ella plantea su desarrollo en torno al 25 de julio, recuperando los seis días de ambiente y fiesta en la zona.

Méndez señala que la entidad vecinal defenderá su postura “hasta el final”, por lo que ya avisa: “Va a tener que mediar el Ayuntamiento”. El Gobierno local estudia las propuestas y se mantiene en diálogo con las partes, pero todavía no hay fecha para anunciar el programa y tomar una decisión final, por lo que podría quedar para el próximo mandato.