Uno de los principales objetivos de la Concejalía de Movilidad, tanto la de este como la de los anteriores gobiernos locales, es la del calmado del tráfico: que cada vez menos coches circulen más lentamente por las calles de la ciudad. Según los datos de la Mesa de Movilidad celebrada la semana pasada, es un objetivo que se ha conseguido, por lo menos en las principales vías, donde la velocidad se ha reducido en torno a un 14%, hasta poco más de 20 kilómetros por hora.
Esto ocurre tanto en las vías con velocidad limitada a 50 kilómetros por hora como las de 30 kilómetros por hora. Por ejemplo: en su tramo urbano, en Alfonso Molina, la velocidad se redujo un 6,72%, hasta rondar los 36 kilómetros por hora. Otra arteria vital de la ciudad, la avenida del Puerto, donde a menudo se producen embotellamientos en horas punta, cayó un 14,3%, hasta los 27 kilómetros por hora. Ambas vías son de las más importantes en las que todavía se puede circular a 50 por hora. Sobre todo, por su gran densidad de circulación: por Alfonso Molina transitan a diario unos 54.000 vehículos, y en la avenida del Puerto, 22.300.
En cuanto a calles de la zona 30 (todas las calles de la ciudad con un solo sentido de circulación) la nueva normativa de la DGT entró en vigor el 11 de mayo, aunque la Concejalía de Movilidad se había adelantado y lo había implantado ya desde hacía casi un año en el 90% de la ciudad. Pero también se instalaron carriles 30 en muchas de la calles de doble sentido, como la ronda de Outeiro o Juan Flórez. El concejal de Movilidad, Juan Díaz Villoslada, había adelantado ya en mayo que habían registrado un descenso de velocidad media en Juan Flórez, pasando de 26 kilómetros por hora a una de 23. “Es significativo”, había opinado. Los últimos datos apuntan a que la velocidad media actual es de 21 kilómetros hora, aproximadamente. Es decir, un 14.9% menos en poco más de un año. En la ronda de Outeiro el tráfico se ralentizó también, un 8,2%, hasta llegar a una velocidad semejante a la de Juan Flórez.
Esta reducción en la velocidad puede ser uno de los factores detrás del descenso en los accidentes de tráfico que la Policía Local registró el año pasado. Todavía no se han publicado las estadísticas oficiales, pero las estimaciones provisionales que manejan fuentes municipales apuntan a que 2021 ha sido, como ya se preveía, un buen año en lo que se refiere a siniestralidad. Los accidentes en general han caído entre un 15 y un 20% y los atropellos registrados han bajado por debajo de los cien, lo que son cifras bastante positivas con respecto a 2019. Todo parece indicar que la vuelta de la movilidad no ha implicado unos niveles semejantes de siniestralidad.
En todo caso, se espera que tanto la Intensidad Media Diaria (IMD) como la velocidad media continúen reduciéndose en los próximos años a medida que se apliquen nuevas restricciones al tráfico rodado. Uno de los objetivos de la Mesa de la Movilidad es poner en marcha una zona de bajas emisiones de CO2 en el centro de la ciudad, donde se podría restringir el tráfico de ser necesario. La calidad del aire en A Coruña nunca ha sido un problema, pero la ciudad debe prepararse para cumplir la nueva Ley de Cambio Climático a corto plazo: será una realidad en 2024, cuando los patinetes serán capaces de adelantar a unos turismos cada vez menos veloces.