Es uno de los acontecimientos del año en la ciudad y uno de los mercados más concurridos de cuantos se celebran anualmente en Betanzos. Desde hace casi siete siglos, la Feira do Primeiro de Maio –con las de Santos y Año Nuevo– convierte el municipio en el centro social de As Mariñas.
En esta ocasión, también el sol se alió con Betanzos, que volvió a vestirse de color para acoger a miles de visitantes y ofrecerles, además del textil, el calzado y los complementos que acaparan metros y más metros en los mostradores de la García Irmáns, las que siempre han sido las 'estrellas' de esta cita: los artículos de siembra y las hortalizas, los inexcusables del Primeiro de Maio.
A Porta da Vila y Os Ferradores, por momentos intransitables, y los accesos a la García Irmáns, un incordio para los cientos de conductores que, con más o menos suerte para aparcar, en caravana o sin encontrar atascos, se acercaron hasta Betanzos.
Una vez más, los números constataron la capacidad de convocatoria de la Feira do Primeiro de Maio. Un evento seis veces centenario que, a pesar de los cambios en las costumbres y en los sistemas mercantiles y de consumo, sigue seduciendo a miles de ciudadanos, especialmente a los residentes en los municipios de su entorno más cercano, que como cada año escogieron la capital comarcal para pasar el Día Internacional de los Trabajadores.
La 'invasión' de visitantes causó retenciones en A Magdalena, A Ponte Vella, As Cascas y Jesús García Naveira, aunque el dispositivo activado por la Policía Local y Protección Civil de Betanzos minimizó las colas y los excesos en los estacionamientos, sobre todo alrededor de la plaza de los Irmáns García Naveira.
Aquí, donde está el meollo de la 'celebración' cada dos semanas, hasta el aparcamiento subterráneo colgó el ‘completo’ y los alumnos de la EMuF (Escola Municipal de Folclore) tuvieron que hacer auténticos malabares para situarse en posición e interpretar el ‘Canto dos Maios’, una tradición recuperada que arranca los aplausos de los asistentes, tanto en su actuación del Cantón de Claudino Pita como en la del atrio de Santo Domingo. El alumnado llenó de música, color, ritmo y olor las calles del casco histórico desde que salieron de san Francisco.