Hallazgo histórico en Santa María do Azougue. Un sepulcro y un mural de origen medieval que todavía están analizando para determinar con exactitud cuál es su alcance, explicó una de las encargadas de la restauración, Carlota López Brea, antes de detallar algunos de los aspectos confirmados de la pintura, como que la sentencia de la cartela corresponde a San Gregorio.
En cuanto a la imagen central, todo apunta a que se trata de un escriba, aunque se desconoce quién es y por qué se ubicó en este altar, vinculado al Gremio de Plateros. Un altar que, de acuerdo con las investigaciones del cronista oficial de la ciudad, José Raimundo Núñez-Varela y Lendoiro, fundó Clara Alonso. De esta mujer, que para la experta sería la ‘clave’ para aclarar el origen del mural, solo se sabe que a ella pertenece uno de los enterramientos de en San Francisco. "Esto es el Código Azougue", ironizó el sacerdote, Santiago Pérez.
En 2020, dos meses antes del estado de alarma, los especialistas de Techne SC, a quienes la Unidad Pastoral de Betanzos encargó un estudio para restaurar el retablo de San Pedro, en la nave sur de la iglesia, hallaron un arcosolio –hueco en un arco que solía cubrir un sepulcro– con relieves policromados de la Anunciación, seguramente del siglo XV. Entonces, no se encontró el enterramiento y se aventuró que, como otros de la misma iglesia, podría haber sido trasladado y estar depositado en el Museo das Mariñas. Ahora, tras completar la recuperación, no solo se confirma la existencia de la lauda, sino que también aparecieron las pinturas, que los especialistas sitúan en la segunda mitad del siglo XVI.
El arcosolio también conserva restos de pintura, que –a priori– los restauradores dividen en dos momentos: rojo y negro, más intensos, por una parte, y amarillo, por la otra, siendo este último de la misma época del mural superior, el que contiene la cartela con la cita de San Gregorio. "Estamos haciendo análisis de muestras de policromía para determinar si coinciden", señala López Brea.
Tanto el interior del arco como la lauda sepulcral están pendientes de intervención, aunque su recuperación es uno de los reto que se ha marcado el párroco, Santiago Pérez. "Queremos restaurarlo, pero necesitamos financiación", aclara el responsable de la Unidad Pastoral de Betanzos.
En ambos casos –sepulcro y mural interior–estaban cubiertos por piedra de relleno, colocada en una de las muchas actuaciones posteriores a la inicial, y esta se tuvo que retirar para descubrir el conjunto visible actualmente, a solo unos metros de donde se trasladó el retablo, completamente restaurado, de San Pedro.
En cualquier caso, lo visible hasta este momento apenas aporta datos del enterramiento, a excepción de una inscripción en la lauda, y es necesario seguir investigando: "Llevo más de veinte años de sacerdote y, en este tiempo, he afrontado varias restauraciones, pero esta ha sido sorprendente y especialmente emocionante", insiste también Pérez.
La restauración realizada hasta ahora, tanto del retablo como de los elementos hallados al inicio de la intervención, la costeó íntegramente la Xunta. La segunda, sustancialmente menor aunque contempla la recuperación de las policromías y la apertura del sepulcro, está por encontrar quién la asuma.
El ENIGMA de CLARA ALONSO y la LAUDA ENCONTRADA EN SANTA MARÍA |
La Cofradía del Gremio de los Plateros se sitúa en el siglo XVI, con lo que los expertos consideran que lo encontrado detrás del retablo de San Pedro tiene que ser anterior, tal y como se describe en el escrito recogido por el cronista oficial de la ciudad, donde se detalla que "el 8 de junio de 1658 se efectuaba el traspaso de la capellanía y anal que había fundado Clara Alonso", Es decir, esta cofradía funda el altar de San Sebastián y recibe la capilla fundada por Clara Alonso. En este sentido, queda mucho por estudiar y descubrir en Santa María, una de las iglesias de la ciudad que más enigmas esconde. |