La Xunta impulsa por más de 500.000 euros la reconversión del sanatorio de O Paraxón, en el extinto municipio de Cesuras en el nuevo atractivo turístico de As Mariñas. Así lo explicó el director de Turismo de Galicia, Xosé Merelles, durante una visita al inmueble en recuperación, en la que estuvo acompañado por el alcalde de Oza-Cesuras, Pablo González Cacheiro.
Ahora, las instituciones autonómica y municipal están estudiando qué usos dar a la edificación, diseñada por el arquitecto coruñés Rafael González Villar y construida entre 1922 y 1924.
Las actuaciones realizadas se enmarcan en el compromiso de la Xunta por “poñer en valor o papel da actividade turística na conservación do legado arquitectónico” que, en este caso, simboliza una época de esplendor en el entorno de A Coruña.
Las obras de rehabilitación, con cargo a una aportación económica de 500.000 de Turismo de Galicia acaban de completarse y ahora se valoran varias opciones para optimizar su uso, en tanto como centro sanitario, que era su destino original, nunca estuvo operativo al coincidir con el inicio de la Guerra Civil.
En compañía de González Cacheiro, el representante autonómico comprobó el resultado de la intervención llevada a cano en el edificio modernista y situado en un enclave especial, “no medio dun dos bosques de Piñeiro e eucalipto máis frondosos de toda Galicia e no marco da Reserva da Biosfera das Mariñas e Terras do Mandeo”.
“Coa rehabilitación recuperamos un edificio simbólico da zona que se converterá, de seguro, nun novo reclamo turístico das Mariñas coruñesas”, expresó Xosé Manuel Merelles.
El sanatorio de O Paraxón está completamente rehabilitado en su exterior, pero están pendientes algunas actuaciones interiores y la urbanización del entorno, una amplia extensión de terreno en el corazón de Cesuras.
Un inmueble singular en un entorno único que busca una nueva vida |
El sanatorio de O Paraxón esperaba desde hace años una oportunidad, más aún desde la unión de Oza dos Ríos y Cesuras, puesto que su restauración estuvo siempre sobre la mesa como “contrapartida” de esta asociación de municipios, siendo uno de los compromisos reiterados por parte de sus promotores el dar una nueva vida y encontrar el uso adecuado para un emplazamiento único, escogido por la Junta Antituberculosa de A Coruña en 1922 para ubicar allí sus instalaciones, cuyas obras, nunca acabadas, se iniciaron cinco años más tarde, en 1927.
Con todo, como apuntan los expertos, para que un inmueble de sus características se mantenga debe “tener utilidad”, y es algo que solo pueden ofrecer las administraciones. |