Tanto los vecinos de O Burgo, Acea de Ama y Fonteculler, en Culleredo, como los de O Temple y O Graxal, en Cambre, denuncian la suciedad que, desde las últimas y multitudinarias celebraciones, acumula la ría, especialmente en los tramos donde la corriente es escasa, como el área más cercana a los terrenos donde se depositaron los lodos, en la orilla cullerdense de la ría de O Burgo.
Las botellas, los plásticos y todo tipo de residuos se ven entre la vegetación y en estos días en que las temperaturas fueron especialmente altas, algunos residentes advertían del mal olor existente en varias zona. “Es una pena que esté así, parece mentira que acaben de limpiar”, comenta Dolores, usuaria habitual del paseo de Burgo, por donde sale a caminar a diario.
Cada vez son más los residentes que utilizan todo el borde de la ría, incluso en el tramo oleirense, donde aún permanecen las vallas porque las obras no están acabadas y el Ayuntamiento de Oleiros se niega a recepcionarlas mientras no se terminen las conexiones entre este municipio y el vecino de Cambre.