La marcha de los cinco parlamentarios de Podemos al grupo mixto tiene más relevancia de la que se puede imaginar, porque ahora mismo serán un frente común para el Gobierno y pueden poner en aprietos a Pedro Sánchez. El presidente dice que ahora habrá que dialogar con más gente, mientras que la arrogante de Yolanda Díaz les llamó de todo a sus excompañeros de viaje (ella está ahí gracias a ellos) y les advirtió de que pobre de ellos si ponen en peligro las leyes del actual ejecutivo. El problema es que los morados están sin filtro alguno y que les dará igual lo que se decida en Sumar, que ellos tienen muy claro que el gran objetivo es Yolanda, culpable de que les echaran de la mesa del consejo de ministros. Así que ahora la deriva que tienen es hacer causa común con Esquerra Republicana, HB Bildu y Bloque Nacionalista Galego, que están decididos a descoser la constitución al coste que sea. Todos en plan machito por la necesidad de Sánchez de sus apoyos. Por cierto, preocupa la deriva del BNG. Pero mucho.