Una cosa está clara: poco espíritu conciliador tenían Mañueco y Tudanca para que la reunión sobre el futuro gobierno de Castilla y León durase quince minutos. Entre el ‘hola, qué tal, parece que ha refrescado y quieres un café’ se les ha tenido que ir la mitad del tiempo. Si es que parece que iban al encuentro como esos que van a una cita a ciegas y han quedado con un amigo para que les llame con una urgencia falsa que les sirva de excusa para huir si la cosa no va bien. Eso sí, el discurso de después culpando al otro de la falta de avances estaba de lo más elaborado. Como si ya lo tuviesen escrito, vamos. FOTO: Tudanca y Mañueco | EFE