El Mandeo y el Mendo volvieron a anegar Betanzos. La situación más complicada se vivió en los muelles, donde las mareas vivas, unidas a las intensas lluvias registradas en los últimos días, desbordaron la ría y el agua inundó las naves comerciales, y también en A Ribeira, donde el Mandeo entró en alguna de las viviendas del Grupo Brigantium. “Los daños han sido menores que en anteriores ocasiones pero es evidente que tenemos que encontrar una solución para, de la misma manera que se hizo en O Malecón, implantar algún tipo de sistema que minimice las inundaciones en el puerto”, señaló el edil de Obras, Servicios y Medio Ambiente, Andrés Hermida.
En es sentido, la alcaldesa, María Barral, pedirá un encuentro con la titular de Portos de Galicia para abordar esta situación, toda vez que los muelles son competencia de esta entidad, adscrita a la Consellería do Mar.
Los afectados por la inundación del recinto poptuario sostienen que la situación en este entorno se complicó hace unos quince años, cuando se realizaron las obras de acondicionamiento de la zona, pues por algún error en la construcción, la carretera quedó por debajo del nivel de la ría de Betanzos.
En la misma línea, advierten de que sucede lo mismo en la calle a la que, de acuerdo con el proyecto que contempla el Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), se pretende llevar el viaducto propuesto para eliminar el paso a nivel existente en los accesos: “Es necesario reconsiderar esta actuación porque ese tramo queda inutilizado durante varias horas cuando se registran inundaciones, con lo que sería un error hacer que el viaducto desemboque en esa zona”, detalla uno de los empresarios del Puerto de Betanzos.
El Gobierno de María Barral aseguró que la previsión es que los episodios de mareas vivas sigan hasta el sábado, por lo que se mantendrán activos los avisos y las medidas implantadas, como los sacos de contención y los bombeos solicitados a Transportes y Movilidad Sostenible.
También se comunicó la alerta a la central hidroeléctrica del Zarzo para advertir del riesgo de marea y de la necesidad de evitar la apertura de compuertas.
Las válvulas de A Ribeira funcionaron pero el agua de coló en alguna vivienda y el sumidero del entorno del centro social, que los responsables municipales reconocieron que estaba en mal estado, volvió a rebosar complicando aún más la circulación por el Paseo do Malecón, en su confluencia con A Marina.
La crecida también afectó a las riberas del Mendo, incluidos los núcleos de Bravío y al entorno de As Cascas y O Carregal.
El parque Pablo Iglesias, cuya cota es inferior al río, se anegó completamente, y hubo inundaciones en otros tramos urbanos del Mandeo, además de los de A Ribeira, como A Ponte Vella, A Tolerancia, A Cañota y A Veiga, la plaza de Enrique IV (Eira Vella) o el Paseo Municipio de Bullas.