Betanzos abre sus celebraciones más innovadoras y agitadas de los últimos años, marcadas por un cambio en el que muchos ven un avance y una incomparecencia que, aunque asumida, será igualmente triste para sus ‘naturales’, a la espera de conocer si el sentimiento seguirá vivo en 2024.
El cambio, de la mano de Rodrigo Campos Cupeiro, al que aplaudieron cientos de vecinos que, como cada 14 de agosto, salen a la calle para abrazar con sentimiento su San Roque.
El primer representante de la historia encara A Porta da Vila. Entre los arcos de los marineros, con sus acompañantes y con algunos minutos de retraso respecto a lo anunciado por el Gobierno de Barral. La comitiva, similar a las anteriores al cambio pero sin el PP, que no acude a la cita, avanza al son de Os Brigantinos, Azougue y la Banda de Betanzos. Desde la casa consistorial, el ingeniero Javier Gándara Martínez, “o neto do dentista” e “o fillo de Menena”, evoca su infancia en el casco histórico y aquel discurso infantil con el que se estrenó en el balcón en 1984. Entonces, citó el Anuario Brigantino, que “acababa de iniciar su segunda etapa” dando continuidad a la revista de investigación creada por Vales Villamarín.
Un ‘renacimiento’ cultural y social impulsado por el alcalde Vicente de la Fuente, al que recuerda con agradecimiento, que contó con la inestimable colaboración del archivero Alfredo Erias.
Gándara recorre la historia de la ciudad y se detiene en los García Naveira y su “ingente labor de mecenazgo”, y en las escuelas por ellos creadas, claves “en mi educación y en configurar la persona que soy (...) teniendo como maestro a José Dapena Espiñeira”.