El caso del niño coruñés presuntamente asesinado por su padre el pasado domingo, ha puesto en tela de juicio el sistema actual de regímenes de visita, dado que el sospechoso podía recogía a su hijo y pasaba tiempo con él a pesar de haber tenido en el pasado una orden de alejamiento por amenazar a su expareja. Por eso la defensora del pueblo, Soledad Becerril, pidió ayer revisar el régimen de visitas a los hijos cuando existan denuncias por maltrato contra los padres, para evitar que se repitan casos tan graves.
Becerril hizo esta reflexión durante una intervención en la Cámara alta, donde detalló la memoria de actuaciones de la institución en 2016. Becerril planteó a los senadores que “habrá que revisar esas visitas o esos permisos o la patria potestad”. “No habrá más remedio que revisar esas circunstancias, esos momentos y esos hechos”, insistió la defensora, quien apostó por estar atentos “a toda la manera de actuar, a todos los reglamentos, actuaciones y procedimientos” porque el padre del niño asesinado “había sido denunciado por su exmujer en dos ocasiones”.
En la misma línea, la Xunta presentó una propuesta ante el Senado para que se revise la legislación sobre custodia para “casos de maltratadores o de padres condenados por violencia de género”.
Decisión judicial meditada
Por su parte, el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, adoptó una postura más reservada al respecto. Aunque reconoció que “todo este tema es cuestionable, sobre todo en un momento delicado”, también quiso recalcar que “las medidas son adoptadas en su momento por el órgano judicial y cuando un juez toma una decisión, siempre es muy meditada”. Villanueva, que participó en los actos de celebración del 173 aniversario de la Guarida Civil en el pazo de Mariñán, donde se guardó un minuto de silencio por el menor asesinado.
Sobre las declaraciones de la Defensora del Pueblo de que es necesario revisar los procedimientos, opinó que “podemos hablar, sacar normativa y literatura, pero hay unas medidas a tomar en legislación que protege a los menores en este caso”. Para él, cuando se produce un hecho tan luctuoso, resulta obvio la afirmación de que algo falla, pero situó el núcleo del conflicto a nivel social: “Cuando se culmina un hecho con la muerte de un niño de once años es evidente que todos fallamos, es un problema de la sociedad”.
El alcalde, Xulio Ferreiro, que participó un acto similar en María Pita en homenaje al menor asesinado, se manifestó tras finalizar el minuto de silencio y después de formar un corro simbolizando la unión: “Estamos ante un dos casos máis crueis de violencia machista na que as persoas máis vulnerables, os menores, son os que se convirten en vítimas”. Al mismo tiempo, insistió en la necesidad de “visibilizar, con todos os recursos posibles, a loita e o rexeitamento ante a violencia machista”. Aseguró a continuación que la madre y su familia tienen a su disposición todos los recusos municipales para sobrellevar la tragedia.
Mientras, los indicios acumulados durante la investigación permitieron determinar que se trata de un caso de violencia de género, lo que significa que el niño de 11 años se considera una víctima de esta lacra, según dictaminó ayer por la tarde la Delegación de Violencia de Género. l