Más de un año después de que la Dirección Xeral de Patrimonio rechazase el anteproyecto del Ayuntamiento para reformar las dependencias que se le reservaron en la antigua Fábrica de Tabacos, la Marea sigue sin enviar a la Xunta un nuevo documento para valorar. La primera iniciativa, presentada en 2017, fue rechazada en octubre de ese mismo año exigiendo cuatro grandes cambios para que se afectase lo menos posible a un edificio con especial valor cultural.
El Gobierno local de la Marea presentó hace más de un año un boceto de la obra que quería hacer en el espacio de la Fábrica de Tabacos pero se topó con la negativa de la Consellería de Cultura, a través de Patrimonio, para aceptar algunas variaciones de la estructura que pondrían en riesgo el aspecto de un inmueble que es un bien patrimonial e histórico. A pesar de que el Consistorio aceptó las correcciones y el alcalde, Xulio Ferreiro, aseguró el pasado mes de septiembre que estaban terminando de incluir los cambios en el plan de obra, lo cierto es que más de un año después de la solicitud de Patrimonio no se ha vuelto a presentar ningún documento al respecto ante la Xunta.
Este tiempo ha estado salpicado de encontronazos entre las dos administraciones por el cambio de manos de las llaves (que se oficializó en septiembre), pero no se ha sabido nada del documento que supuestamente el Ayuntamiento preparaba en paralelo. Si trascendió que el plan inicial atentaba contra ciertos elementos estructurales u ornamentales del edificio, a tenor de las consideraciones que hizo la Comisión Territorial do Patrimonio Histórico Galego da Coruña.
Sus miembros informaron desfavorablemente de la propuesta “estrictamente dende as súas competencias en material de protección do Patrimonio Cultural” debido, sobre todo, a cuatro grandes cuestiones del documento técnico presentado por el Gobierno local que chocaban con la realidad del espacio.
Se exigió la eliminación de una especie de caja de vidrio en el exterior, prevista para dar acceso a las oficinas y también que se explicase de manera pormenorizada el diseño y las especificaciones técnicas de las puertas de acceso, al margen de esa de cristal.
Un acceso más discreto
Igualmente, se advirtió al equipo de Ferreiro de que no se podían instalar rejas de madera en las ventanas. “Non está xustificada a súa colocación”, indicaron. Desde el punto de vista técnico “enténdese que calquera protección deberá propoñerse ao interior, e de xeito que non teña incidencia ao exterior” para no romper con la estética del resto de la antigua fábrica que hoy alberga la nueva sede judicial.
Otra de las cuestiones que tocaron los miembros de la comisión es el planteamiento de una escalera desde la plaza exterior, descartando que el acceso sea “monumental” como se pretendía. Asimismo se demandó la retirada de una rampa, dado que ya hay acceso adaptado por las otras fachadas operativas.