Hasta aquí llegó el sueño europeo del Deportivo. La generación de oro del club coruñés cayó eliminada de la UEFA Youth League en la ronda de dieciseisavos de final a manos del Dinamo Kiev ante 20.115 incondicionales (segunda mejor marca de la historia de la competición) que animaron, creyeron, sufrieron y finalmente acabaron ovacionando a sus protegidos en una tarde-noche que será cada vez menos amarga con el paso del tiempo.
Porque el Depor perdió, sí, pero lo hizo después de luchar contra la losa de jugar en inferioridad numérica durante casi una hora y tras una tanda de penaltis agónica. No obstante, el deportivismo ya había ganado antes de este partido. Había ganado a una camada de jóvenes promesas que lograron el título nacional por segunda vez en la historia del club, que se colaron entre los 24 mejores equipos de Europa, que derribaron la puerta del Fabril y el primer equipo y que contribuyeron de forma esencial a la unión entre el club y la afición tras unos años dolorosos. No son victorias menores.
Estos motivos disminuyen ligeramente el dolor de la derrota, pero sigue doliendo. El Deportivo saltó al estadio de Riazor preparado para colarse en el ‘top 16’ con una alineación de gala con las únicas ausencias de Trilli y Mario. Manuel Pablo no introdujo ninguna gran sorpresa en el once titular. Mauro Figueroa fue el elegido para actuar en el lateral izquierdo, el único puesto sin un dueño claro debido a las bajas, y el resto del equipo se completó con lo esperado (1-4-2-3-1): Brais en portería, Juan y Barcia como pareja de centrales, Nacho Díaz en el lateral derecho, Rubén López y Jairo en el doble pivote, Yeremay y Mella en las bandas y Nájera y Noel escalonados en la zona central del ataque.
El encuentro comenzó de forma inmejorable para el Deportivo. Tras un pase de escándalo de Jairo a Mella, la jugada acabó en córner. Yeremay lo sacó en corto, se inventó un caño para meterse en el área y, cuando todo el mundo estaba pendiente de un posible penalti, Rubén fue el más listo de la clase para buscar el disparo. El meta Ihnatenko pudo desviar el cuero pero Nájera demostró su olfato de gol al estar de nuevo en el lugar adecuado para cazar el rechace y mandarlo a la red.
No le duró demasiado la alegría a los blanquiazules, ya que el Dinamo forzó otro córner, tras un paradón de Brais a tiro de Diallo, y ahí llegó el empate. El central Diachuk se adelantó a Barcia en el primer palo, remató al poste y tras otro rechace el balón le fue a Tsarenko, que solo tuvo que poner la cabeza para hacer el 1-1. Celebración efusiva y gestito mandando callar a una grada que no paraba de animar.
En los minutos posteriores salieron a la luz los nervios de un Depor que no fue capaz de hacerse con el control del partido. El Dinamo adelantó la presión sin dejar salir jugando desde atrás al Depor, pero el equipo coruñés poco a poco fue encontrando la forma de bajar de nuevo las revoluciones al partido y darle la batuta del mismo a Jairo, situado como pivote posicional en fase atacante.
El Depor tardó en volver a inquietar la portería rival pero lo hizo pasado el cuarto de hora con un disparo de Noel de puntera, un recurso de ‘crack’, y un tiro lejano de Nájera. Dos ocasiones que fueron la antesala del 2-1, gestado única y exclusivamente gracias a la inquebrantable fe de Rubén López. El mediocentro se fue a la aventura a presionar una cesión al portero y encontró premio. El mal control de Ihnatenko le dio una oportunidad y se tiró al suelo para aprovecharla.
Yeremay pudo hacer el tercero tras una contra de libro y un centro de Mella, pero lo que realmente cambió el encuentro fue de nuevo la impulsividad de Rubén. Esa que le llevó a recibir la primera amarilla tras una acción de juego peligroso, la misma que le hizo marcar el gol y la que también dejó con diez al Deportivo tras una entrada abajo para cortar un ataque.
El cambio de contexto obligó a Nájera a retrasar su posición para acompañar a Jairo en el doble pivote en un 1-4-4-1. Así aguantó el Deportivo los minutos hasta el descanso e incluso pudo marcar en una acción individual de Mella. Sin embargo, Manuel Pablo reestructuró el equipo en el descanso mientras sonaban las Tanxugueiras a todo trapo en Riazor. Noel y Nájera se quedaron en la caseta para dejar su sitio a Seydiba, que se situó junto a Jairo, y a Victor Guerra, que se colocó en a derecha y mandó a Yeremay a la punta del ataque.
Mella volvió a ser el primero en levantar a la grada en la segunda mitad. Esta vez con una potente cabalgada que finalizó con un zurdazo raso que hizo estirarse a Ihnatenko. Fue el preámbulo del show de Yeremay. Solo en punta, sin apenas ayudar en defensa, pero desatado en ataque. Él contra el mundo. Fintas, pisaditas, caños, ruletas… Toda una ristra de recursos para dejar atrás rivales con una facilidad pasmosa.
Brais Suárez solventó el trabajo que tuvo con seguridad, sobre todo en acciones a balón parado y en un disparo potente de Bliznichenko, pero no pudo hacer nada ante el golazo antológico de Yatsyk en el minuto 74. El centrocampista se orientó desde el perfil izquierdo, aprovechó la permisividad de Víctor y conectó un disparo con rosca que se coló por la escuadra de Brais: 2-2.
Poco después volvió a aparecer Brais para hacerse gigante y evitar el gol en un remate a bocajarro de Popov, además de detener dos disparos posteriores desde fuera del área. La tensión se podía cortar en Riazor. Sin apenas fuerzas, al Depor solo le quedaba la opción de los penaltis.
Y lo consiguió. El equipo coruñés aguantó para alcanzar una tanda que empezó por medio del lanzamiento de Martín Ochoa, que engañó al meta ucraniano. Popov también marcó. Víctor falló pero acto seguido también lo hizo Diallo. Diego Gómez marcó de panenka a pesar de que Ihnatenko se quedó de pie y El Khamlichi mandó el balón a la escuadra. A partir de ahí, los dos centrales del Depor, Barcia y Juan Rodríguez, imperiales durante el partido, erraron sus lanzamientos y permitieron el pase del Dinamo, que había marcado el cuarto penalti por medio de Vivcharenko. El tiro de Juan, que se estrelló en la madera, desató la ovación de la afición y los gestos de agradecimiento de los futbolistas, que dieron la vuelta de honor rotos tras el esfuerzo y una decepción que a partir de mañana tornará en orgullo.
FICHA TÉCNICA (2-2) (4-5) |
Deportivo: Brais Suárez; Nacho Díaz (Quique Teijo, min.84), Juan Rodríguez, Dani Barcia, Mauro Figueroa; Rubén López, Jairo; Yeremay (Martín Ochoa, min.74), Nájera (Seydiba, min.46), Mella (Diego Gómez, min.90); Noel (Víctor Guerra, min.46). Dinamo Kiev: Denys Ihnatenko; Vasyl Tanchak, Arsenii Filatov, Maksym Diachuk, Kostiantyn Vivcharenko; Oleksandr Yatsyk, Illia Skrypnyk (El Khamlichi, min.64), Anton Tsarenko; Viktor Bliznichenko, Kiril Popov, Samba Diallo. Goles: 1-0, min.3: Nájera. 1-1, min.6: Tsarenko. 2-1, 25: Rubén López. 2-2, min.74: Yatsyk. Penaltis (4-5): 3-2: Martín Ochoa. 3-3: Popov. 3-3: falla Víctor. 3-3: falla Diallo. 4-3: Diego Gómez. 4-4: El Khamlichi. 4-4: falla Barcia. 4-5: Vivcharenko. 4-5: falla Juan Rodríguez. Árbitro: Carvalho Nobre (Portugal). Expulsó a Rubén López por doble tarjeta amarilla en el minuto 36. Amonestó a Juan Rodríguez y Brais Suárez, por el Deportivo; y a Tatsyk, Diachuk y Popov, por el Dinamo. Estadio: Riazor, ante 20.115 espectadores, segunda mejor marca de la historia de la UEFA Youth League. |