El Deportivo vivirá un fin de semana extraño, debido a la suspensión de su partido ante el DUX, mientras el resto de equipos en liza en Primera Federación iniciarán su periplo.
 

A la espera de lo que dictamine la Federación, desde el club cierran filas y el cuerpo técnico aprovechó para programar un entrenamiento a puerta cerrada en Riazor, en el que disputaron un partido de once contra once.

No perder el ritmo

Tras la no disputa de la jornada liguera, el equipo se ejercitó  al abrigo de su estadio, que tendrá que esperar una semana más para ver debutar al Deportivo. En la sesión, el único que trabajó al margen fue el central Borja Granero. El zaguero está pendiente de la evolución de unas molestias que sintió en el recto anterior de su pierna izquierda y ya había realizado trabajo al margen tanto el miércoles como el jueves.

Enfermería

También sigue actualmente en readaptación Diego Villares. El mediocentro de Vilalba intercala parte de los entrenamientos con el equipo con otros junto al readaptador Álex Canosa. El futbolista se recupera de unas molestias en la rodilla izquierda, de la que se resintió, tras sufrir un esguince del ligamento lateral interno, que sufrió durante la final del playoff de ascenso ante el Albacete. 
 

También trabajaron a menor ritmo esta semana, en vistas de que no iba a haber partido, Roberto Olabe y Raúl Carnero. 
 

Olabe, que está mejor de molestias musculares, tuvo minutos en el amistoso ante el Bergantiños. El futbolista ya había participado en el primer choque de la pretemporada, ante el Atlético Arteixo.
 

Tampoco quiso forzar esta semana Carnero, que se había lastimado ante el Viveiro en el aductor, pero 

que también jugó contra el equipo entrenado por José Luis Lemos.
 

Con solo Villares y Granero en readaptación, Borja Jiménez tiene a casi todos para el ‘debut’ contra el Linense.