España es el Estado de la Unión Europea (UE) que registra las tasas de desempleo más desiguales entre las regiones que conforman el país, seguida de Francia e Italia, publicó ayer el Comité Europeo de las Regiones (CdR).
En su informe anual sobre el estado de las ciudades y regiones de la UE, el CdR advirtió de las “prominentes desigualdades regionales” que ostenta España en términos de empleo, y señaló una brecha de 19,8 puntos en 2022 entre la comunidad con más ocupación y la de menos.
El ente comunitario apuntó que, al cierre de 2022, las tres regiones europeas con mayor desempleo eran españolas: Ceuta (28,4%), Melilla (21,6%) y Andalucía (19%).
El análisis del Comité de las Regiones, que estudió los datos de todos los países de la UE, concluye que con el ritmo actual “será difícil alcanzar” para 2030 el objetivo comunitario de tener trabajando, al menos, a un 78% de ciudadanos de la UE de entre 20 y 64 años.
El CdR, que es el organismo consultivo de la UE que representa a las regiones y ciudades de los Veintisiete, también avisa que las personas más pobres de la Unión tienen cada vez más problemas financieros, una situación que el informe compara con la situación vivida en el continente tras la crisis de 2008.
“Al mismo tiempo, la desigualdad de ingresos se agudiza debido a la concentración de la riqueza, lo que impide la igualdad de oportunidades y la movilidad social ascendente, mientras que inflama la polarización política”, avisa el CdR, que reclama a los gobiernos mayor colaboración con regiones y ciudades.
El informe del Comité de las Regiones también advierte de la pérdida de personas jóvenes que sufren, en particular, Castilla y León, Castilla-la Mancha y Extremadura, tres comunidades que corren el riesgo de convertirse en lo que el comité europeo denomina una “trampa de talento”.
Aun así, el CdR menciona como un ejemplo positivo la ley castellano-manchega aprobada en 2021 contra la despoblación rural, y subraya su carácter “pionero” por el abordaje integral del fenómeno, con “medidas económicas, sociales y fiscales”.
El análisis del CdR también sitúa a Asturias como una de las regiones europeas más vulnerables por la transición hacia una industria sostenible, tomando de referencia un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicado en febrero de 2023.
La OCDE ve problemático que el Principiado tenga “altos niveles de empleo tan solo entre la producción de metales básicos, así como mayores emisiones per cápita” vinculadas con este sector productivo.
Para adaptarse a las necesidades de cada territorio, el CdR reclama en el informe “regionalizar” el diseño de los planes de reindustrialización, unos procesos que pueden ser apoyados por los fondos europeos de recuperación poscovid.