¿Se plantea Alcoa vender el complejo de San Cibrao?

La conselleira de Industria en funciones, María Jesús Lorenzana, le ha pedido a la empresa que se aclare
¿Se plantea Alcoa vender el complejo de San Cibrao?

¿Se plantea Alcoa vender el complejo de San Cibrao? Se trata de una pregunta realmente difícil de responder. Posiblemente, la respuesta a esa cuestión solo se pueda encontrar en la sede de la multinacional norteamericana en Pittsburgh.


Fuera del círculo de aquellos que tienen que tomar decisiones estratégicas en una empresa de estas dimensiones, los demás, incluidas las Administraciones -autonómica y central- e incluso sus propios trabajadores, únicamente pueden interpretar los mensajes que hace públicos la compañía y las señales que envía con sus decisiones.


De centrarse exclusivamente en los mensajes que está lanzando la compañía, no es fácil llegar a una conclusión. La ambigüedad con la que se expresa en su último comunicado solo puede ser deliberada. Resulta difícil de creer que una multinacional como Alcoa, con su volumen de producción, número de empleados por todo el mundo y facturación anual, esté dando palos de ciego o tomando decisiones precipitadas en función de la dirección en la que sopla el viento.


Saldrá o no saldrá, pero es impensable que, después de tantos años de litigio, no exista un plan de futuro, máxime cuando, en realidad, las posibilidades son más o menos limitadas. Puede continuar operando las instalaciones de San Cibrao, puede optar por una venta -total o parcial- o, simplemente, intentar su cierre, como ya lo intentó hace cuatro años.


El tiempo ayudará, seguramente más pronto que tarde, a despejar todas las variables de esta ecuación para conocer el resultado final. Entretanto, es posible fijarse en los mensajes que lanza la propia multinacional a los medios de comunicación y a sus propios empleados para tratar de desbrozar el camino y ver el lugar al que lleva el trayecto que aún falta por recorrer.


Alcoa insiste en su última nota en que la planta de San Cibrao “sigue sin ser viable” y, de hecho, prevé que se mantengan “pérdidas significativas en 2024 y 2025”. Tan importantes, añade, que “la empresa no tiene fondos suficientes” para cubrirlas.


Llegados a este punto, plantea dos posibilidades: modificar el acuerdo de viabilidad, ese pacto al que llegó con el comité para la hibernación de la fábrica de aluminio primario; e iniciar contactos para una hipotética venta.


En cuanto al acuerdo de viabilidad, se trata del pacto al que llegó la dirección de la multinacional con sus propios trabajadores para la hibernación de la fábrica de aluminio primario, con el consecuente apagado de las cubas de electrolisis hace dos años, a cambio de inversiones para modernizar la planta.


Sucede que uno de los principales gastos comprometidos por Alcoa en las instalaciones de San Cibrao está, al menos de momento, aplazado y sin fecha. Se trata del horno de ánodos, cuya renovación es, según afirma el comité, básica para apuntalar el futuro del complejo industrial mariñano.


Con respecto a la posible venta de la planta, Alcoa afirma que “está iniciando contactos con potenciales compradores fiables que pudieran tener interés en adquirir las operaciones”. Demasiados condicionales en una misma frase. Para empezar, la compañía deja claro que, de existir, las conversaciones estarían todavía en una fase muy inicial, casi previa. Además, para que esas negociaciones llegasen a buen puerto, tendrían que aparecer empresas interesadas y que la propietaria del complejo las considere “fiables”.


Para añadir todavía más incertidumbre, aclara que la existencia de esos hipotéticos contactos previos “no significa que se vaya a realizar una venta”, ya que “cualquier potencial transacción debe abordar adecuadamente cuestiones clave para nuestros empleados y para Alcoa”, precisa. En la misma línea, añade que “este paso es simplemente un esfuerzo por identificar partes interesadas con las que merece la pena tener un diálogo más profundo”.


Si realmente Alcoa quiere vender, el comité de empresa asegura haber encontrado la solución perfecta. Su presidente, José Antonio Zan, asegura a la prensa que el “Gobierno lo tiene a huevo”, basta con “meter a la SEPI y cerrar la operación”. Y recuerda que si la multinacional pide “seguridad jurídica”, no hay “mayor seguridad jurídica que venderle la planta” al Estado.


Llegados a este punto, la conselleira de Industria en funciones, María Jesús Lorenzana, le ha pedido a la empresa que se aclare. Que diga si realmente está interesada en vender el complejo industrial de San Cibrao. Y, si es así, que precise “con qué plazos y con qué condiciones”. 

¿Se plantea Alcoa vender el complejo de San Cibrao?

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