Los ministros de Energía de la UE se reúnen en Praga para analizar la inminente extensión al resto del bloque comunitario del “mecanismo ibérico” de España y Portugal, para afinar el diseño de una plataforma comunitaria de compras conjuntas de gas y para debatir cómo fijar un tope de precio a las importaciones de ese hidrocarburo.
El invierno se acerca, varias ideas que llevan meses sobrevolando el debate energético europeo no terminan de concretarse en propuestas formales y los Estados miembros se impacientan.
Y con esa atmósfera de urgencia, los titulares de Energía discutirán en Praga cómo pasar de las musas al teatro en varios dossieres abiertos, para que la Comisión tome nota y presente rápidamente propuestas legislativas.
Los ministros de los Veintisiete acabarán la jornada con una cena que servirá de “calentamiento” para las discusiones del miércoles, según explicaron fuentes europeas.
“Tenemos que tener la plataforma de compras conjuntas funcionando lo antes posible”, dice un alto funcionario europeo sobre una iniciativa que reclaman desde hace más de un año España, Francia, Rumanía, Grecia y República Checa, pero que aún no se concretó.
Los ministros discutirán también sobre cómo ampliar al resto de la UE el “modelo ibérico” que disfrutan España y Portugal desde junio y que reduce el impacto artificial del precio del gas en el mercado de la electricidad.
También intentarán avanzar en cómo fijar un precio máximo a todas las importaciones de gas en la UE, una idea que apoyan al menos quince países que representan al 64% de la población de la UE, entre ellos Francia, España, Polonia, Bélgica, Eslovenia o Grecia, pero de la que recelan Alemania y la Comisión. El principio reposa en que la UE es un enorme comprador internacional que importa la inmensa mayoría de los 400.000 millones de metros cúbicos (400 bcm) de gas que consume al año.