A solo una semana de los comicios en los que espera revalidar su mandato, Inés Rey García (A Coruña, 1982), se muestra satisfecha mientras continúa con su campaña “A Coruña avanza”. Tras un mandato de cuatro años marcado por la pandemia y por varias crisis políticas, Rey centra su campaña en dos lemas, “orgullo y liderazgo”, y el concepto de “segunda gran modernización” con el que espera seducir a los votantes.
Es la recta final, ¿cómo está avanzando la campaña?
(Ríe) A buen ritmo, con velocidad de crucero y encarando esta segunda semana de campaña con ilusión, con energía y con el trabajo hecho durante estos cuatro años. Y apostando por seguir avanzando estos cuatro años.
Tras varios mítines, ¿percibe ilusión entre los votantes?
Yo espero que sí haya mucha participación y hago un llamamiento a que así sea. Cuanto más mejor. Palpo que están ilusionados y satisfechos de que A Coruña vuelva a liderar, a recuperar ese orgullo coruñesista, en un sentido más moderno.
En su campaña menciona a menudo el concepto “segunda gran modernización”.
Los cimientos de lo que hoy es la ciudad y de su liderazgo durante años fueron puestos de la mano de gobiernos socialistas que transformaron esta ciudad a nivel urbano, cultural, educativo... Lamentablemente se paró durante ocho años, con el anecdótico gobierno del PP y de la Marea.
¿Y ahora?
Creo que estamos en la senda de recuperación de ese liderazgo y coruñesismo del que yo hablaba que hace que A Coruña, después de estos ocho años grises, vuelva a liderar, a nivel de Galicia, el desarrollo económico, políticas culturales, sociales... Nosotros somos los únicos que garantizamos que A Coruña progrese.
Se han publicado muchas encuestas sobre intención de voto. Ninguna le da mayoría absoluta.
Yo le hago caso al trabajo diario y a la calle, a lo que dicen los vecinos. No he empezado a hablar con ellos hace quince días, esa es otra diferencia. Yo creo que estamos en disposición de pedir el voto para obtener una mayoría sólida que nos permita gobernar sin ataduras.
Entonces, ¿ha tenido ataduras este mandato?
Creo que he demostrado que con diálogo y movilidad hemos conseguido sacar adelante esta ciudad, conseguir grandes cosas, desbloquear asuntos que llevaban mucho tiempo enquistados: el tren a punta Langosteira, la estación intermodal, la pasarela de Pedralonga, la ampliación de Alfonso Molina, aprobada en Consejo de Ministros, el Chuac, la ría de O Burgo. Este mandato se caracteriza por el diálogo institucional, tanto con otras administraciones como con otras fuerzas políticas.
¿No le importaría pactar?
Respondo lo mismo que dije hace cuatro años: “Vengo a gobernar para la ciudad y mi pacto es con los ciudadanos”. Ahora bien, yo pido ese voto para seguir avanzando, y la papeleta que garantiza que A Coruña siga avanzando es la que yo encabezo.
La oposición alega que muchos de esos proyectos fueron posibles gracias a los fondos europeos postcovid. No a su gestión.
Nunca entenderé que alguien se pueda presentar a unas elecciones hablando mal de la ciudad que pretenden gobernar. Si se han conseguido esos fondos europeos es gracias a una magnifica gestión del Gobierno central pero también a una no menos óptima gestión del Gobierno local. Quiero recordar que somos la ciudad gallega que más fondos europeos ha obtenido. En la última convocatoria hemos obtenido el 100% de aquello a lo que nos presentamos.
¿Son esas infraestructuras lo que fomenta el coruñesismo?
Creo que la gente está satisfecha de que la ciudad vuelva a liderar y ser referente. La gente te lo dice: está orgullosa de que la ciudad esté bien cuidada, porque hubo gente que el Millennium vuelva a estar iluminado después de once años o porque puede ver la hora en el Obelisco. Cuando llegamos aquí, todos los relojes estaban parados.
¿La ciudad estaba en suspenso?
No es metafórico: todos los relojes estaban parados. El de Méndez Núñez, el de María Pita, el del edificio Mediodía. La gente está orgullosa de que A Coruña sea elegida como sede de una cumbre hispanoalemana, de que los grandes artistas actúen aquí. Rosalía dio un concierto aquí. Cuando nos nombraron sede de la Aesia (Agencia española de Supervisión de la Inteligencia Artificial) la gente estaba contentísima. Me paraban por la calle.
¿No habían presentado en Granada una demanda por ese tema?
No hay ningún tema. El próximo verano se van a publicar los estatutos del consejo rector con el real decreto que la va a regular. Esto avanza: nos va a permitir atraer y retener talento relacionado con las nuevas tecnologías. Ya somos el área que más empresas TIC (Tecnología de la Información y de la Comunicación) concentra de toda Galicia, con el 690% y llevamos en nuestro programa un plan estratégico 2025-2050 para potenciarlo.
Entonces, ¿qué crea más orgullo de ciudad? ¿Arreglar monumentos o construir infraestructuras?
Creo que todo junto. Porque durante los ocho años anteriores no hubo ni una cosa ni la otra. Unos porque no creían en las potencialidades de la ciudad y otros porque querían borrar todo el pasado que existía. Hemos sido capaces de hacer lo grande, pero también hemos sido capaces de recuperar muchas cosas: los bancos de la plaza de Cortaduría, el kiosko de la plaza de Ourense y eliminar el botellón en los jardines de Méndez Núñez, de que volvieran los caballitos, de que las familias tengan las escuelas infantiles gratuitas, más zona verdes, para pasear, con las bicicletas eléctricas... Puedo seguir.
Pero hay proyectos bloqueados. ¿La mayoría absoluta serviría para impulsarlos?
Hemos presentado un programa muy realista, confiable, solvente, y a eso mismo vamos a dedicarnos.
Menciona a menudo la palabra liderazgo. Durante este mandato, han surgido varias polémicas en el seno del grupo socialista que han obligado a reorganizar el Gobierno local. La oposición critica los problemas internos. ¿Cree que le pasará factura?
El Gobierno que yo dirijo es el único que tiene un modelo de ciudad, un proyecto ilusionante que devuelve el orgullo a la ciudad. Eso es lo que vamos a hacer a partir del 28-M.
Prometió que licitaría el contrato de la planta de Nostián, que ya viene del mandato anterior, pero no ha sido posible ¿Por qué es tan problemático?
No es problemático. Es el contrato más cuantioso de los que tiene el Ayuntamiento, es para muchos años y afecta a un tema sensible, como es el tratamiento de los residuos, por lo tanto hay que hacerlo con la mayor seriedad y la seguridad jurídica, y estudiando el contexto normativo en el que nos movemos, el europeo.
¿Mantendrá el actual modelo?
Vamos a adaptarnos a la legislación, vamos a sacar este pliego, y cumplir la normativa.
La pandemia permitió avanzar en el campo de las peatonalizaciones durante este mandato. Esto ha creado mucha polémica.
Hago una pregunta: ¿Devolvemos los coches a la calle Compostela y a Ramón Cabanillas, sí o no? Hemos avanzado hacia un modelo más amable. En algunas calles se comparte el espacio público para el ciudadano y para el vehículo y otras calles se han peatonalizado con gran éxito. Hemos devuelto la vida a muchos barrios. La gente está en la calle, le hemos dado oxígeno al comercio, y a la hostelería.
¿Continuará la peatonalización?
La humanización y la sostenibilidad van a continuar. Tenemos planteado el siguiente paso, sobre todo humanizaciones: hacer aceras más accesibles, más amplias y mejorar la estética y la calidad.
¿Habría más rondas peatonales en el siguiente mandato?
La ronda peatonal ha sido un proyecto del que hemos acabado 3,5 kilómetros y terminaremos el próximo mandato. Vamos a humanizar San Andrés, por el que pasarán los coches, como pasan ahora, pero haremos ese paseo tradicional más agradable, donde plantaremos moreras. Ese modelo de ciudad lleva un tiempo implantarlo, y en cuatro años no se hace todo.
Ha protagonizado varios enfrentamientos con la Xunta.
Aquí hay diálogo y amabilidad, pero no falta firmeza a la hora de defender los intereses de A Coruña. La Xunta ha entendido que ir al choque con nosotros no beneficia a nadie. Cuando lo ha entendido así –y yo lo agradezco– hemos podido avanzar. Me gustaría que hicieran más inversiones en A Coruña, porque han invertido cero euros en vivienda social. Se negaron a pagar para rebajar el precio del bus, por ejemplo.
La oposición se ha mostrado en contra de las licencias para las viviendas en altura en la periferia.
Cuando señalamos que hay un problema y decimos que la solución no es construir, yo me pierdo. Va a haber más de mil viviendas protegidas en diferentes modalidades para que la gente tenga derecho a vivir en la ciudad ya sea en régimen de propiedad o alquiler. En eso vamos a seguir trabajando, en un desarrollo urbano que favorezca que haya vivienda en el mercado, con vivienda social, que no sea un bien de lujo.
¿Construiría vivienda en los muelles de San Diego?
Cuando hablo de liderazgo, no hablo solo de desarrollo urbano, pero tenemos una oportunidad para el futuro de A Coruña, con la liberación de los terrenos del puerto interior. Con la conexión ferroviaria ya se puede ir trasladando la actividad y esa es una de las cosas que tendremos que afrontar en la segunda gran modernización de A Coruña.
Sobre el autobús, la oposición plantea la municipalización del servicio, aprovechando que termina la concesión.
Hay que ser un poquito serios. También iban a municipalizar la ORA cuando gobernaron. Yo vengo a gobernar con seriedad y rigor. De mí no escucharán propuestas que no son realistas.