Los Mossos d'Esquadra han desalojado hoy por segundo día consecutivo la estación de la plaza Cataluña de Barcelona por un objeto sospechoso, después que una trabajadora de seguridad del metro ha detectado ruido de un reloj y ha visto unos cables en una papelera de la zona, aunque también ha resultado ser una falsa alarma.
Según han informado a EFE fuentes policiales, después que la trabajadora diera la alerta, poco antes de las 18.00 horas, los Mossos han acordado de forma preventiva desalojar la estación y han activado a la unidad canina y a los Tedax, que han comprobado que en la papelera había unos cables y se oía el ruido de un reloj.
Los especialistas del Tedax han estado haciendo comprobaciones, han activado su robot especializado y han determinado, poco después de las 19.15 horas, que se trataba, como ayer, de una falsa alarma.
En concreto, en el interior de la papelera los agentes han localizado un sistema de alarma antirrobo que no supone ningún tipo de riesgo y que llevan habitualmente los patinetes u otros vehículos parecidos, según los Mossos.
La unidad canina, que se ha activado en primer lugar, también había determinado que se trataba de una falsa alarma, según los Mossos.
Los Mossos han abierto una investigación para aclarar los hechos y para tratar de localizar a la persona que habría dejado el objeto en el interior de la papelera.
Mientras se han hecho las labores de comprobación, los Mossos también han activado un dispositivo de seguridad en el entorno de la plaza de Cataluña para impedir el acceso al recinto y a los alrededores.
Asimismo, también se ha interrumpido la circulación de las líneas R1, R3 y R4 de la plaza de Cataluña, así como del metro, si bien poco después se ha restablecido, sin que los convoyes se detuvieran por esta estación, que poco a poco irá recobrando la normalidad.
Se da el caso de que ayer por la tarde los Mossos también desalojaron preventivamente durante unos quince minutos la estación de plaza de Cataluña -una de las más concurridas de Barcelona- tras recibir el aviso de que había un artefacto explosivo en un tren de la línea 4, procedente de Viladecavalls (Barcelona), aunque resultó ser una falsa alarma.