En un momento crítico en la negociación de Pedro Sánchez para la investidura, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha vuelto a hacer guiños al nacionalismo catalán, con el que aboga ahora por normalizar relaciones tras dar marcha atrás en septiembre a su intención de reunirse con Junts.

En Barcelona, en el Fórum Europa Tribuna Catalunya, Feijóo ha defendido "normalizar las relaciones" desde "la discrepancia" con el nacionalismo catalán, al tiempo que ha manifestado su respeto por el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Ha vuelto así a desmarcarse de la postura del líder del PP catalán, Alejandro Fernández, contrario a hablar con Junts, al que reprochó tener la tesis de que "España es una dictadura dirigida por un rey fascista, con el que se niegan a 'hablar'".

Tras aquellas críticas, Feijóo renunció a reunirse con este partido, aunque en varias ocasiones, la última este miércoles, ha admitido que hubo contactos "indirectos".

Tras semanas endureciendo su discurso, hasta el punto de advertir de que los nacionalismos llevan "a un horizonte similar al de los Balcanes", Feijóo vuelve a ahora apostar por el entendimiento, aún cuando el PP ha celebrado varios mítines en la calle contra la amnistía y celebrará otro este domingo en Málaga.

El movimiento de Feijóo se produce en un momento clave, en el que Sánchez quiere dar impulso a su investidura pese a no tener cosido su acuerdo con Junts y cuando las bases del Consejo de la República han emplazado a Puigdemont a bloquearla.

Cuando el país sigue a la espera de que se aclare si hay Gobierno o repetición electoral, Feijóo ha buscado además generar dudas en Junts: "No sé si a los militantes de Junts le irá bien la política económica, social, de servicios públicos, fiscal y la política industrial de Sumar y del PSOE".

El mensaje es similar al que Génova ha lanzado al electorado conservador del PNV, con el que quiere competir por aquellos votantes que no acepten la política económica del Gobierno de coalición respecto a la vivienda o los impuestos a la banca.

Entre los objetivos de Feijóo está mejorar la posición del PP en País Vasco y en Cataluña, caladeros de voto para el PSOE y flancos débiles para los populares, que se ven lastrados por su pactos con Vox, o por haber aplicado el 155 para intervenir la Generalitat de Cataluña tras la declaración unilateral de independencia.
Las reivindicaciones de Feijóo sobre un bilingüismo cordial o la alusión a un "encaje del problema territorial de Cataluña" le han granjeado algunas críticas internas de perfiles duros como el de Alejandro Fernández, o de su máxima valedora, Cayetana Álvarez de Toledo, que comparte coordenadas políticas con Isabel Díaz Ayuso.

La primera reacción del presidente del PP catalán a la apuesta de Feijóo por la normalización ha llegado a través de X: "Supongo que algo hay de cierto en aquello de que 'la cara es el espejo del alma'...", ha indicado, adjuntando una foto de una noticia sobre el desayuno informativo en la que aparece, con cara de circunstancia, entre Feijóo y el expresidente catalán José Montilla.

Con Cataluña, Feijóo despliega un juego de equilibrios que tropieza con la renovación orgánica pues el congreso, en el que se esperaba el relevo de Fernández, sigue siendo una "tarea pendiente" como él mismo ha admitido frente a los dirigentes del PP catalán.

Además, el líder del PP ha dicho no estar contento con la representación de su partido en Cataluña -tres diputados en el Parlament- aunque sí con los resultados de las municipales y de las elecciones generales, en las que triplicaron sus escaños.

Fernández, que marcó el suelo del PP en las últimas elecciones catalanas, se ha ausentado en seguida de la conferencia de Feijóo, excusándose en el pleno del Parlament.

Al distanciamiento del líder del PP catalán con Génova se le suma que, recientemente, Feijóo celebró una comida con periodistas catalanes en Barcelona, con dirigentes como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, o la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, pero sin Fernández.