El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reivindicará la utilidad del Ejecutivo de coalición en el debate sobre el estado de la nación, ya que, pese a los choques internos, exhibirá las medidas adoptadas en favor de los ciudadanos para hacer frente a adversidades de todo tipo durante la legislatura.
Hacer pedagogía con esa idea y que cale ese mensaje de utilidad es uno de los objetivos que se marca el Gobierno ante el debate de política general que albergará la próxima semana el Congreso tras siete años sin convocarse.
Un debate al que el Gabinete de Sánchez llega en uno de sus momentos de mayor tensión entre los socios a cuenta del incremento del gasto en defensa, aunque en los últimos días y a la espera de fijar la fecha de una reunión de la comisión de seguimiento del pacto, ambas parte rebajaron el tono y se prodigaron en gestos de distensión.
Fuentes de Moncloa aseguran ser conscientes de que el debate no será nada fácil porque, más allá de las diferencias internas, esperan que los socios de investidura, y especialmente formaciones como ERC, sean también duros con el Gobierno ante asuntos como las escuchas por Pegasus, la relación con Marruecos o los sucesos en la valla de Melilla.
Una visión apocalíptica
A ello se sumará la “visión apocalíptica” que dan por descontada por parte de la portavoz del grupo popular, Cuca Gamarra, y en presencia del líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, que se sentará en el hemiciclo por su condición de senador pero no podrá intervenir en la sesión.
Pese a todo ello, el Gobierno cree que el debate puede ser un revulsivo tras fracasos electorales como el de Andalucía y en medio de encuestas que vaticinan también una victoria popular en los comicios generales.
Esas elecciones insistirá Sánchez que serán cuando tocan, a finales de 2023, y el año y medio que queda hasta entonces recalcan las fuentes gubernamentales que es mucho tiempo en política y nadie puede cantar victoria.
Hasta entonces, explicará que la intención es seguir la hoja de ruta diseñada y continuar con la aprobación de medidas que estima el Gobierno que dejaron bien claras sus “señas de identidad”.
La pandemia, la guerra en Ucrania o la erupción volcánica en La Palma serán citadas por el jefe del Ejecutivo como inéditas situaciones adversas a las que dio respuesta protegiendo a ciudadanos, especialmente los más vulnerables, y empresas.
El estado del bienestar
Sánchez las recordará como ejemplo del reforzamiento del estado del bienestar junto a otras como el ingreso mínimo vital, la subida del salario mínimo, la revalorización de las pensiones o la reforma laboral.
Dejará patente la incertidumbre que para la economía supone la evolución de la guerra en Ucrania y su efecto directo sobre la inflación, pero a la vez destacará datos alentadores como los relativos a la creación de empleo, y llamará a apoyar los próximos presupuestos como una herramienta para la estabilidad económica y la cohesión social.
El presidente del Gobierno no rehuirá el asunto que provocó el último enfrentamiento en la coalición y, tal y como avanzó en la cumbre de la OTAN, hará un llamamiento a las fuerzas políticas a hacer una reflexión y apoyar el aumento del gasto militar.
El PP encara el escollo que supone la ausencia de un cara a cara con Feijóo
El primer debate del estado de la nación en siete años es para el PP un reto mayúsculo porque no será su líder, Alberto Núñez Feijóo, quien intervenga frente a Pedro Sánchez, aunque sí seguirá la intervención de su portavoz, Cuca Gamarra, desde el primer escaño de la bancada popular en el Congreso.
El PP confirmó a través de los servicios jurídicos de la Cámara que Feijóo no puede intervenir al no ser diputado, un escollo que buscan salvar con su imagen en el hemiciclo, donde se sentará por primera vez gracias a su condición de senador. No temen en el PP que esta inédita situación, producto de la crisis que acabó con el liderazgo de Pablo Casado, les robe foco.
Fuentes de la dirección nacional del PP subrayan que la presencia de Feijóo el martes, el primer día del debate, tendrá impacto por sí misma. Y por eso “en principio” no tienen previsto que haga declaraciones. El debate coincidirá parcialmente con la escuela de verano que el PP celebra en El Escorial y Feijóo tendrá oportunidad de replicar a Sánchez el miércoles, mientras en el Congreso intervienen los grupos minoritarios.